Todo termina.
Mis lágrimas caían como lluvias de febrero, pero yo no estaba
aquí.
Yo volaba con las estrellas y me ocultaba atrás de la luna.
No quería que los muertos me vieran, ni los vivos, ni los semi-vivos,
ni los dioses, no era esta una paradoja.
Sabía que el viento que hoy pasa no
es el mismo que pasó en la mañana, ni será el mismo en un siglo, los vientos
cambian como la vida y todo termina, todo termina, todo termina.
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