De incógnito.
Hoy el cielo está llorando, el frío cubre las ventanas de mi cuarto, el
tiempo pasa lentamente, escucho el agua y a mis vecinos hablar, escucho el
susurro del viento que viene diciendo: "Y eso que pensabas que era
especial."
Y ahora aquí reflexiono entre letras de
marzo y mayo, y predigo, y juro, y afirmó que por los mil demonios yo traté, en
serio que traté, pero no se puede andar descalzo.
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