lunes, 5 de septiembre de 2016

Nunca te odie, es cierto.

Nunca te odie, es cierto.

Nunca te odie, es cierto.

Veo que te pierdo que te vas por el camino de mi derecha, que no regresarás nunca más a estos brazos marchitos, a estos besos malditos.

Se nota que te vas contenta, allá te espera él quién supo enamorarte con el instante y no con la conquista, aquel que quizás y posiblemente tenga más respeto por lo divino que por lo cotidiano.

Pero nuca te odie, es cierto.

Te marchas a paso veloz y ya no veo la figura en tu vestido, te desapareces como la niebla y solo quedan los recuerdos de aquel buen sexo, de aquel imperfecto cuerpo, de aquella sonámbula relación.


Pero nunca te odie y nunca te odiaré, aunque esos besos llenos de pecado le den de beber a otro, aunque esos brazos llenos de brasas le den calor a otro, aunque ese sexo tan tuyo le de placer a otro, nunca te odie ni te odiaré.

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