lunes, 12 de septiembre de 2016

Mar, capítulo 5: ¡Oh! Una araña.

¡Oh! Una araña.


Las arañas me dan mucho pavor, son un temor que no logro entender, que miedo es vivir alrededor de insectos.

Por cierto, que tristeza la mía porque los mensajes no funcionaron, bueno, al menos lo intenté y es demasiado raro, porque hasta posiblemente tu mamá este molesta conmigo, pero no logro entender, ¿por qué?, ¿por ti?, ¿por mí?, ¿por la situación? ¡Qué feo!, es una amiga y por culpa de mi insensatez estoy perdiendo su amistad, ni modo, quién no arriesga no gana, al menos eso dice la mayoría de la gente, ¡qué feo!, ya me estoy pareciendo a la demás gente… Tendré que salir corriendo y huiré de mi país antes de que sea gobernado.

Ahora hablemos de los sueños, son pequeños mundos que tenemos mientras dormimos, pequeñas anécdotas que podríamos contar día a día, pero no todos los recordamos, a veces hasta pensamos que no soñamos, sería horrible no soñar ni despierto. Pero bueno, hoy tuve un sueño ¡fantástico!, estabas tú y tu mami, yo y mi madre, ellas se llevaban bien, hablaban y reían sin parar, y nosotros, bueno, como siempre, las dudas nos abruman, pero fuera del contexto, fue magnifico volver a verte, al menos en sueños me hablaste, al menos pudimos bailar, al menos no me hiciste sentir tan solo como los anteriores días. Han pasado 5 días y  siento que cada vez te entiendo más, pero no logro comprender  todo de todo, ahora solo me estoy dejando llevar por mi elemento, el aire.

¿Debería estar triste?

Posiblemente sí, pero nunca he permitido que esa palabra exista en mi vida, nunca le he permitido entrar en mi alma, aunque desde que llegaste las entradas y las salidas cambiaron de rumbo, y no digo que la entrada ahora es salida, digo que las entradas se encuentran en las ventanas, unas en el piso, algunas salidas en el techo y otras cerca de la sala, realmente aún no localizo todas las puertas de mi interior, pero ni yo conozco el interior del escritor en este preciso momento, y más porque recuerdo que hace una semana todo fue magia, pero magia pura, mejor que la de Harry Potter.  

Te contaré, aquel día teníamos nuestra salida a las 18:30 y ¡pum!, se me he hizo tarde así que terminé llegando como a las 18:45, ¡qué impuntualidad la mía!, pero aquel día para ser sincero, no tenía la esperanza de que estuvieras ahí, de cierta manera aquello me había quitado las ganas de ir, las mismas esperanzas que tengo ahora que no me has contestado, pero ahí estabas, con tu hermano que era la primera vez que lo veía, entonces nos miramos, sonreímos, le dijiste algunos secretos a él, y me miraban y se reían, realmente no comprendía la situación, así que comencé a hablar con tu mami un rato, entonces de pronto te paraste y nos fuimos a la cafetería de en frente, ahí con los 3 chiflados, por cierto, les escribiré un cuento, pero es secreto, así que ¡shh!, ¿recuerdas?, pensábamos que la situación sería incomoda, pensábamos que por aquellas palabras del jueves anterior todo se perdería, pero la realidad fue otra. Entonces nos la pasamos bien, fue estupendo el tiempo de vida en la cafetería, esa sonrisa tuya que era inagotable, esa mirada pérdida sobre mis ojos, esas palabras de confianza, esas burlas y esas risas, la manera en que quitaba el azúcar de tu cuchara, la manera en que tomé tus manos de manera desprevenida, era mágico, era deslumbrante, ¿no lo ves de esa forma?, recuerdo cada palabra y cada gesto de aquel día, recuerdo la felicidad en su mayor resplandor, recuerdo muchas cosas que nunca quisiera olvidar.

Entonces, ¿aún me odias?, me odiabas en aquel instante porque no querías aceptar las cosas que te decía, no aceptabas que era mágico el momento y que lo disfrutabas tanto tú como yo, me odiabas por tener razón y me odiabas más porque te hacía sentir diferente, te proporcionaba algún tipo de sustancia, y es cierto, todo aquello te gustaba pero de igual manera te asustaba, te asustaba porque no estábamos preparados para un sentimiento tan confuso y a la vez, tan prohibido. Y quizás ahora me odies, no lo sé, pero creo que ya estas harta de mí, y ese amor que alguna vez sentiste se ha convertido en desprecio, me lo merezco de cierta forma, pero no del todo cierto, ¿pesan más los momentos negativos que los positivos que vivimos?, mucha gente la da más importancia a las cosas malas de la vida, de las personas, pero muy pocos seres humanos valoran con el alma las cosas buenas que tenemos a nuestro alrededor, y es que no ven que vale más una sonrisa, una plática, un café, que las cosas malas que agobian a uno. Y entonces recuerdo las palabras que te dije aquel día que te hicieron perder la noción y las circunstancias que nos rodeaban.

Estas aquí porque quieres, si no hubieses querido salir conmigo pues no habrías venido, me hubieses dejado plantado, hay miles de excusas pero tú estás aquí… ¿Por qué?

Ahí descubrí que nos gustábamos, que no podías ocultarlo más, pues estábamos jugando con fuego y el fuego cuándo no se controla, quema, posiblemente nos quemamos en un sentimiento puro, pero fue tan caliente la flama que me terminó quemando la esperanza y a ti la valentía de aquel martes, ¿por qué no vivir con esa confianza?

Y algo más detonó la sincronía aquel día, me hablaste de tus planes y yo te dije que los planes nunca salen como queremos, que es mejor hacer metas y alcanzar sueños.

Quiero irme a estudiar o vivir en Dinamarca.

Me sorprendió la confesión, entonces repliqué.

Perfecto, te estaré esperando.

Te me quedaste viendo como si te hubiese molestado, así que tuve que agregar.

Tranquila, como amigo.

Sonreíste y me dijiste.

Tengo un mejor plan.

Cuestioné.

¿Cuál?

Entonces tu respuesta me sorprendió y me dio la esperanza que nunca pensé tener.

Vámonos juntos a Dinamarca.

Ahora, ¿sigues pensando lo mismo?, aquel día entendí que realmente lo que sentíamos era un cariño sincero, algo prohibido por la familia y por la sociedad, algo prohibido por los estereotipos y miedos, aquel día hasta me defendiste del ajedrez, me querías contigo, lo habías demostrado con la crueldad de tu respuesta, y ¿entonces qué paso?

Ese noche cenamos pizza con tu familia, me sentía raro y nervioso, tú también te sentías rara y nerviosa, de cierta manera sabíamos que ellos se daban cuenta de nuestro sentir, de cierta manera éramos felices aquel día, pero ahora, ¿le caeré bien a tu familia?, tuve la sensación de que sí, pero con el tiempo cambian las cosas, ¿está bien que nuestra llama se apague?, tampoco lo sé, pero absolutamente dudo que encuentres a alguien como yo, y también dudo encontrar a alguien como tú. ¿Para qué omitir caminos que nos pertenecen?

Te mandaré el siguiente mensaje.

Buenos días señorita Mar, hace una semana todo fue mágico, ¿por qué ahora no?, recuerda que el tiempo es tu aliado pero también tu enemigo, ¿no lo crees?

Estaré esperando tu respuesta.

¿Por qué es tan cruel el amor? Qué no me deja olvidar… Esa canción antes me daba mucha risa, hoy me río de mí.

Y entonces contigo me pasará como el poema Desconocido que hace ya algunos ayeres escribí.

Desconocido.

Algún día desapareceré, sí, me iré entre las sombras o entra la luz, me perderé en un lejano bosque o simplemente me iré muy lejos, me encontraran quizás en una cueva, puede que sea, quizás algún día alguien me encuentre entre tantas personas y me diga:

-          Yo a usted lo conozco.

Y yo le conteste:

-          ¿A mí?

El rectificando dirá:

-          Usted es el chico loco, ese que alardeaba poesía, aquel estúpido con gran talento para la química, sí, es usted, a ese al que todos le decían poeta irracional o simplemente Joaquín.

A lo cual yo contestaré:

-          No, no sé de qué habla, creo que aquí es usted el loco.

Y me perderé de nuevo.

Si no sabes nada algún día de mí, no es porque este mal…

Simplemente porque me fui a un lugar mejor.

Entonces espero algún día poder desaparecer de tu vida, claro, siempre y cuando tú quieras eso.
Ahora hasta Xavier Velasco me llama para lanzarme pedradas en su novela de Diablo guardián.
Dicen que cuando uno es feliz, se queda sin historias que contar.

Y yo no estoy contando una historia de un día, estoy contando una historia de diez días, entonces es obvio que aquella pedrada me hizo sangrar, ¿no soy feliz?

Al poco tiempo de que los autores lanzaban lanzas, me habló mi maestro de meditación y eso me dejó más perplejo de lo que ya estaba, me dijo las cosas que yo ya sabía, me vio el aura verde y azul índigo, ¿sabes qué significa eso?, está clarísimo, me estoy curando y me estoy volviendo más humano, estoy evolucionando como un Pokemon, o un Digimon. Quizás me llegarás a odiar por todos los mensajes, pero apenas vamos a la mitad del camino, ¿qué será lo mejor para ambos?, ni yo lo sé.

Entonces de nuevo veo el móvil pero sigues sin responder, pero sé que has visto mis mensajes, si  no te importarán dejarías de verlos, aunque posiblemente no los lees, aunque también pudiste haberme bloqueado, pero… ¿por qué no lo has hecho?, por qué simplemente al igual que el café, realmente quieres saber más de mí, eso pide tu corazón.

¿Qué pensarás del escritor cuándo está ausente?

Y entonces día a día siento la fiesta en mis venas, siento la alegría cubana en mi carne, -tengo descendencia cubana por parte de mis abuelitos –y la alegría salta de ojo en ojo, de brazo en brazo, de raíz en raíz, cada día te olvido más, cada día te recuerdo más, cada día formo parte del destino sin obligarlo a nada.

¿Qué depara el destino?

Jajaja, no lo sé, pero será bueno lo que traiga.

Podría decir entonces a estas alturas, Ni las rosas ríen, ni los gatos maúllan, un poema que escribí hace apenas 6 años.

Ni las rosas ríen ni los gatos maúllan.

Le penumbra del amanecer llega, ni las rosas ríen ni los gatos maúllan, todo desaparece lentamente como el chorrito de agua cayendo por el acantilado. Simplemente nada es normal desde que tú no estás, desde que me dejaste en el olvido, desde que te marchaste haciendo que la oscuridad partiera sobre mi delirio, ¿podría decir que estoy solo?, ni yo sabría contestarme esa pregunta porque ahora volteo y todo se derrumba con violencia y odio.

Los perros de luto están acompañando a su fiel difunto mientras la lluvia hace compañía con sus lágrimas cristalinas, el cielo esta triste, tan triste porque partiste y con ello te llevaste la promesa corrompida por una fuerza que sobre pasa la gloria del amor.  Solo se escucha el cantar de melodías melancólicas acompañadas de una danza nostálgica, simplemente queda nada desde que no estas, desde que partiste toda mi vida perdió su color. Amor, amor, amor… ¿Dónde estás? ¿Acaso no prometiste estar a mi lado?

Ni los niños encuentran con que divertirse, se votan a la cama,  se cubren con la cobija y humedecen las almohadas con lloriqueos, ni la televisión se prendé, simplemente se encuentra todo apagado,  no hay luz, ni las velas se ven entre tanta soledad ni la luna refleja su costado al mar.

Los delirios se pierden con el paso del tiempo y las palabras se las lleva el viento transformándolas de manera homicida en espinas secantes del amor, pero después de todo me has abandonado y me has dejado caer desde lo más alto cortando mis frágiles alas.

Ciego estaba contemplando un día placentero, predicando sobre una rosa con diferente fragancia, presumiendo de la naturaleza y los animales que hablan, sonriendo con la incontrolable alma. Ciego estaba al creer en tus palabras, en confiar en tus actos, en lograr que controles mi vida… Ciego estaba, pero ahora con tu partida noto que todo sea ha destruido con bombas atómicas de intriga.

Cascada de pensamiento, sed de felicidad… ni las rosas ríen ni los gatos maúllan.

Un poema muy mal hecho, y una redacción espantosa, pero aun así me acordé de ti por aquella soledad que me abraza cuando me ignoras, ¡como quisiera hablar contigo!

Mientras escribo comienza a sonar la canción, Ni tan joven, ni tan viejo – Joaquin Sabina, y me doy cuenta que el tiempo no debe pasar en vano, que el tiempo simplemente nos debe fortalecer un poco más cada día, quizás al rato te mande la canción, y posiblemente la escucharás y posiblemente no, pero no me preocupo por ello, pues siendo sincero, me siento pleno y tranquilo, apenas es el quinto día y ya mi alma marcha como debió marchar hace tiempo, con paso veloz, recto, así como un monótono soldado.

Muy curiosa la manera en que pasan las cosas, curioso, muy curioso, ¿a qué crees que se deba el nivel de aceptación?, ¿madurez?, no lo creo, soy la persona más inmadura que te pudiste haber encontrado, al menos eso me dice la gente. Por tu forma de actuar, por tu inmadurez te ves joven, ¡Eureka!, quiero seguir así, ¿te imaginas si actúo maduramente de cuántos años me vería?, yo opino que hasta me preguntarían, ¿cómo te saliste de la tumba?

¿Sabes?, al final tú has hecho de mis emociones una mezcla inigualable, tomaste el amor, la duda, el miedo, la fantasía, los sueños, tomaste todo lo que podías, lo agregaste a una licuadora, después tomaste una pizca de conocidoszond y ¡pum! Hiciste el mangar que ahora toma el ser Irracional.

¿Quieres saber otra cosa curiosa?

¿Te has preguntado cómo me siento?, claro recto sobre una silla, pero me refiero al sentir qué tengo cuándo leo un poema de ayeres y entonces ¡chas!, ahí estas escondida entre líneas, como si te escribiera hace años, como si te conociera de hace algunos días, como si me diera cuenta de las casualidades en tan solo instantes, y es que La naturaleza sabe mi sentir.

La naturaleza sabe mi sentir.

Y es que la brisa del mar me dijo; que te sigo amando como si fuera septiembre…

Las olas me han dicho; que te diera el viento como tiempo…

Pero la arena, me empuja para que avance por toda costa…

Entonces la naturaleza que es Dios, ya sabía lo que venía, ya sabía lo que me deparaba, ya sabía la manera en que debería inspirarme, y nosotros ¡puf!, vamos en su contra como pequeños Satanes rebeldes. 

De nuevo Velasco me habló, no entiendo que le pasa al mundo el día de hoy, quizás un pequeño ser dijo.

Hoy manden señales a ese escritor de pacotilla, digan demás, hablen de menos, hoy den las señales por medio de letras, frases y poesía.
 
Y entre tantos mandamientos para el escritor, miro el móvil y ¡pum! No me he afecta que no me hayas contestado.

El mar es tan puro como tú, que nunca pasaría por mi mente hacerte daño o corromper tu alma, realmente no me agradaría nada de eso, lo que siento y quiero para ti es algo dulce, tierno, amigable y bueno, no es algo común, es algo que va más allá de un abrazo o un beso, de una cita o de una salida, yo quiero cuidarte, protegerte, estar a tu lado cuándo me necesites, apoyarte, ser tu amigo, tu bastón, tus lentes, simplemente quiero servir de algo en tu vida, lo que siento es algo tan sincero que realmente no quiero romperte, y si alejarme es la mejor opción para ti, entonces lo haría, quizás me he enamorado como todos los hombres pero he querido como ninguno, pues eres tan pura, tan natural, tan Mar…

Señorita Violett, queda usted condenada a ser la bruja de este cuento.

Entonces tendré que cambiar algunas palabras de Xavier, y serían Violtett – Mar, y bruja – todo. Algún día entenderás que no habrá nadie que te quiera como yo.

¿Qué si voy rápido?

No sabría responder con tal sinceridad, ahora mismo estoy vivo y quiero decir las palabras al viento, mañana estaré muerto y guardaré muchos secretos, es por ello que mi velocidad es relativa con respecto a la línea temporal que cada uno vive.

Entonces algún día posiblemente me valorarás como persona o como escritor, o como amigo, o como algo más, o como nada. Pero entonces si no me valoras y me dejas ir, entenderás quizás el día de mañana que fue una mala decisión o posiblemente no, realmente a veces quisiera crear un aparato que mida el valor de las personas, pero creo que eso sería imposible, no habría una manera de medir el valor puesto que depende de muchos factores, pero si decides irte, entonces tendré que desearte lo mejor con aquellos hombres que se encuentran en esta galaxia, y quizás para ese entonces cuando te des cuenta de las cosas, yo estaré en otro universo más.


Paso el día de hoy y yo volví de un carnaval, es mágico vivir en Veracruz y observar como toda la gente disfruta de la vida, como toda la gente ama sentirse vivo, y es que los jarochos son así, se burlan de la muerte, y toman a la vida desde las greñas para jamás soltarla.

Por cierto, te terminé mandando la canción de Ni tan joven, ni tan viejo – Joaquín Sabina, con unas buenas noches, y entonces sé que no volverás a contestar más mis mensajes.


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