Recuerdos.
Todo había pasado como el tiempo, aunque el tiempo es relativo,
un segundo, un instante, una eternidad...
Yo seguía perdido, aún me encontraba en sus ojos, en su cuerpo,
en su sangre, ella era el mercurio que acababa con mi vida, con mi alma, con mi
aliento.
La veía dormida, con las piernas arriba de mi espalda, realmente
es tan hermosa cuando duerme, tan bella, tan única, tan calmada como el agua de
mar en pleno verano...
Ahí estaba ella, posando para una pintura, hablando para un
poema, actuando para una obra, ahí se encontraba ella, era la musa del arte, la
inspiración de la ciencia...
Y ahí estaba ella aún viva mientras
yo cada día me daba una palada de tierra sobre mi tumba.
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