Joaquín.
Mi verdadero ser nunca salió a flote, todo era paradigmas
creados por una paleta de colores poco inusual.
No desprendía nada ni mucho menos absorbía algo, todo era tan lleno, tan
abismal.
Animal
de dos patas con un cerebro, ojos mentirosos con eterna oscuridad, esa era la
verdad cada vez que me perdía en el espejo.
Pero todos veían amor y sinceridad. Quiero el exilio de mis
pecados y el excomulgo de demonios.
Al final de los principios solo muy poca gente descubre lo que
escribo.
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