Días
de mente perdida.
No, no sé lo que
se siente pero tampoco sé lo que siento...
Tomaré unas buenas vacaciones de los
pensamientos vagabundos que salen de mi cabeza y rodean el espacio que ya no sé
qué escribo, ni sé que hablo, ni sé que digo, no sé qué es lo que escucho o por
si lo menos existe todo esto que alucino.
Necesito echarme a la tumba rezar un padre
nuestro, un hijo nuestro, una madre nuestra y ser compatible con la tierra para
germinar poetas.
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