miércoles, 17 de agosto de 2016

En la jungla.

En la jungla.


En la jungla la vida es muy relajante, en la noche la luna se asoma por una ventana de la cordillera maya. 

Escucho animales a mi alrededor, quizás monos, quizás tigres o quizás sapos. Sonidos que entran por mis orejas y salen por mi mente, animales que entran por mis ojos y salen por mi mente, estoy perdido en la ciudad de los dioses, estoy perdido en la vida cotidiana de lo amable. 

Me encanta la vida relajante en la jungla, me he metido a un cenote que me ha cubierto las ideas, que me ha tranquilizado en mis derrotas. ¿Qué puedo pedir si tengo todo lo que necesito en este lugar? Cómo no ser feliz en este sitio, cómo quejarme de la rutina vida si me encuentro en un lugar donde la muerte es sacrificio para ganar la guerra.

El Dios sol sale por la noche y la señora luna por la mañana, quizás en la tarde un jaguar o un leopardo quizás un Quetzalcóatl, todo sale de mi entorno, desde un zorro con espinas hasta un ratón que raramente suele ser de la vecina.
Escucho animales nocturnos y flores de noche, escucho poesía en la jungla.


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