Inédito.
Cada vez que te vas, es como si la muerte me consumiera, como si el
oxígeno me faltara, así como una noche eterna con los días perdidos...
Pero cada vez que te
veo, es como si naciera en mí una esperanza, cada vez que me hablas es como sí un mismo ángel me diría que me
calme y cada vez que te tengo resucito, y es que es en tu cuerpo es donde
muero, resucito y muero de nuevo...
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