sábado, 28 de mayo de 2016

Capítulo 20: Hadys y la esencia de la vida.

Entre tantos misterios.


Entré en aquella puerta pensando que me volvería sabio con algún tipo de sustancia, pero de nuevo me equivoque, realmente me equivocaba mucho en un mundo donde no hay ninguna regla, solo un completo caos. Saben, muchas personas creen que la sabiduría es de algunos pocos, pero es una absoluta mentira debido a que eso le pertenece a toda la humanidad, la diferencia es que unos saben vivir, sienten la vida y al mismo tiempo sienten la muerte. Todo este pensamiento se redujo a una sola cuestión.

-       -    ¿Qué es la sabiduría?

La única respuesta lógica que obtuve o más bien que me respondí fue:

-         -  Vida.

Eso pasa porque la vida está en función del tiempo, el tiempo a su vez es relativo, únicamente depende de uno, y en uno se encuentran todas las respuestas, realmente la vida es muy sencilla solo que muchos se la complican.

Aquella puerta me llevó al lugar donde todo empezó. Estaba de nuevo en medio de la Alameda donde me había tropezado con la vagabunda, todo fue muy repentino, miré a mi alrededor y todo parecía normal, la vagabunda ya no estaba, solo había personas, seres humanos. Me sentía muy feliz, muy alegre, realmente no me esperaba todo eso, fue magnifico saber que la puerta de la sabiduría era la salida hacia mí mundo, la gente no notó nada raro en mí, entonces lo primero que hice fue mirar mi reloj y no había pasado el tiempo, realmente todo el tiempo que estuve en el otro mundo solo contaba como un instante en este.

Comencé a caminar de nuevo, veía a la gente y alguna me veía a mí, realmente me sentía nuevo, me sentía un Hadys muy diferente al que había conocido, era una nueva vida para mí, caminé hacia mi departamento para tomar un tiempo de descanso.  El sol ya se ocultaba y toda la ciudad se comenzaba a nublar, ya estaba en la calle donde se encontraba mi departamento, a lo lejos pude distinguir enfrente de la puerta principal a la vagabunda bizarra con la que me había topado antes de mi enigmático viaje, realmente eso me trastornó un poco.

Seguí caminando a paso lento, ya no me daba tanto temor puesto que ya no tenía miedo a la vida, llegué a donde estaba ella y entonces me tendió una carta, yo la tomé y entonces ella procedió su camino, realmente no intenté cuestionarle y ni siquiera detenerla, simplemente sabía que las cosas realmente pasaban por algo y lo único que pude decir fue:

-        -   ¡Gracias!

Mientras más se alejaba más se desvanecía, llego un punto en el cual pude ver como se desprendían unas bellas alas y entonces subía al cielo, se perdía entre las nubes y entre la luz lunar.

Eso me sorprendió demasiado, pero esta vez no quise hacer tanto drama debido al cansancio, solo pude llegar a mi cuarto, aventarme a la cama y descansar de tanta locura, de tanta fantasía, de tanto aprendizaje. Recuerdo que aquella vez la carta la dejé sobre la mesa, no tenía gran curiosidad en aquel momento. Caí en un profundo sueño, totalmente desalmado.


Me desperté hasta la media noche y entonces vi la carta sobre la mesa, me levanté y procedí a tomar aquella carta que un ángel me había otorgado. Posiblemente esta era la verdadera palabra del dichoso Dios.


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