Entre
tantos misterios.
Entré en aquella puerta pensando que me
volvería sabio con algún tipo de sustancia, pero de nuevo me equivoque,
realmente me equivocaba mucho en un mundo donde no hay ninguna regla, solo un
completo caos. Saben, muchas personas creen que la sabiduría es de algunos
pocos, pero es una absoluta mentira debido a que eso le pertenece a toda la
humanidad, la diferencia es que unos saben vivir, sienten la vida y al mismo
tiempo sienten la muerte. Todo este pensamiento se redujo a una sola cuestión.
- - ¿Qué
es la sabiduría?
La única respuesta lógica que obtuve o más
bien que me respondí fue:
- - Vida.
Eso pasa porque la vida está en función del
tiempo, el tiempo a su vez es relativo, únicamente depende de uno, y en uno se
encuentran todas las respuestas, realmente la vida es muy sencilla solo que
muchos se la complican.
Aquella puerta me llevó al lugar donde todo
empezó. Estaba de nuevo en medio de la Alameda donde me había tropezado con la vagabunda, todo fue muy repentino, miré a mi
alrededor y todo parecía normal, la vagabunda ya no estaba, solo había
personas, seres humanos. Me sentía muy feliz, muy alegre, realmente no me
esperaba todo eso, fue magnifico saber que la puerta de la sabiduría era la
salida hacia mí mundo, la gente no notó nada raro en mí, entonces lo primero
que hice fue mirar mi reloj y no había pasado el tiempo, realmente todo el
tiempo que estuve en el otro mundo solo contaba como un instante en este.
Comencé a caminar de nuevo, veía a la gente y
alguna me veía a mí, realmente me sentía nuevo, me sentía un Hadys muy
diferente al que había conocido, era una nueva vida para mí, caminé hacia mi
departamento para tomar un tiempo de descanso. El sol ya se ocultaba y toda la ciudad se
comenzaba a nublar, ya estaba en la calle donde se encontraba mi departamento,
a lo lejos pude distinguir enfrente de la puerta principal a la vagabunda
bizarra con la que me había topado antes de mi enigmático viaje, realmente eso
me trastornó un poco.
Seguí caminando a paso lento, ya no me daba
tanto temor puesto que ya no tenía miedo a la vida, llegué a donde estaba ella
y entonces me tendió una carta, yo la tomé y entonces ella procedió su camino,
realmente no intenté cuestionarle y ni siquiera detenerla, simplemente sabía
que las cosas realmente pasaban por algo y lo único que pude decir fue:
- - ¡Gracias!
Mientras más se alejaba más se desvanecía,
llego un punto en el cual pude ver como se desprendían unas bellas alas y
entonces subía al cielo, se perdía entre las nubes y entre la luz lunar.
Eso me sorprendió demasiado, pero esta vez no
quise hacer tanto drama debido al cansancio, solo pude llegar a mi cuarto,
aventarme a la cama y descansar de tanta locura, de tanta fantasía, de tanto
aprendizaje. Recuerdo que aquella vez la carta la dejé sobre la mesa, no tenía
gran curiosidad en aquel momento. Caí en un profundo sueño, totalmente
desalmado.
Me desperté hasta la media noche y entonces
vi la carta sobre la mesa, me levanté y procedí a tomar aquella carta que un
ángel me había otorgado. Posiblemente esta era la verdadera palabra del dichoso
Dios.
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