domingo, 31 de julio de 2016

Últimos suspiros.

Últimos suspiros.


Tomé prestada una pluma del árbol, la remojé con tinta del río, agarré  la tierra proclamada  y empecé a escribir el testamento.

Letras impregnadas en la naturaleza que nunca se olvidarán, que siempre estarán hasta la eternidad, porque la vida no se acaba, porque las letras son eternas, porque el pensamiento pasa de viento en viento al oído de la luna.

La vida es eterna y la eternidad se encuentra en la naturaleza, el hombre ha pensado en el tiempo como si fuese perfecto o como si valiera tanto -El tiempo es solo tiempo que pasa un rato-, hablan de política o de famosos, sus bocas se llenan de gusanos, gusanos que nacen de la garganta y se expulsan para no pudrirse más, hablan y hablan sin pensar, sin saber, sin ver lo que hay en el panorama.

 -Qué bello paisaje, dos gatos, un guayabo, las palmas, la playa, una tumba y una casa abandonada de recuerdos-.

Ignoran la naturaleza como se ignoran ellos mismos, evaden el pensamiento como se evaden ellos mismos, dan por demás la letras como si valieran lo mismo que ellos, el ser humano sea podrido, corrompido, esfumado, son animales racionales.

En la tierra plasmo lo que tengo, no tengo nada pero tengo todo, no es perfecto pero si puro, no es mucho pero si lo necesario... Dejo letras para aquellos que están cansados de este mundo, dejo hojas para los que le guste charlar a solas, dejo una pluma para danzar tango con la tinta, dejo los gatos para que los cuiden de noche y vuelen con el viento para tomar la luz de la luna y se adentre a ustedes.

-dichosa determinación-


Eso es todo lo que tengo, no dejo marca en este mundo porque...  No tengo libro, no tengo hijo, no tengo árbol, solo tengo mi legado un pensamiento ahogado.

-Y así el gato se fue con el viento flotando rumbo a la luna, luna brillante de diciembre. Se acostó a dormir sobre su tumba, miró el guayabo que ya no florecía y divisó la casa de recuerdos, sonrió, miró al cielo vio una estrella y le dijo...-

" Adiós, fue un placer acompañarlos en esta travesía"



Poeta irracional.

Todos los derechos reservados. Esta obra está protegida bajo las leyes del copyright y decretos internacionales. 

sábado, 30 de julio de 2016

Solo Veracruz es bello.

Solo Veracruz es bello.


Manuel regresaba a su tierra natal, sentía el calor del horizonte quemar su cara, su brazos, todo su cuerpo, el calor de Veracruz lo hacía sentirse vivo, completo.

Él bajo del camión que pasa por la carretera federal aún lado de la playa, quizás a unos 50 metros de la orilla, el sol estaba muy resplandeciente y el viento soplaba para alentar a los pueblerinos de aquella localidad. Se bajó con sus maletas por una pendiente de concreto, se sentía un guisado sobre aquel pavimento de comida, las gaviotas se veían a lo lejos, hacia la dirección dónde el mar y el cielo son uno mismo, el espejo del universo, el espejo de dos enamorados muy cerca, pero demasiado lejos. 

Dio los primeros pasos después de la pendiente y entonces sus guaraches tocaron la tierra fértil del pueblo, sintió la tierra caliente de la calle principal, visualizo las casas a su alrededor, se dio cuenta que gran parte de su vida se encontraba ahí, los cambios habían llegado al pueblo, había nuevas casas, nuevas personas, había recién nacidos y otros recién fallecidos. Era impresionante cómo el tiempo hace estragos en la vida de los humanos, pero también Manuel se dio cuenta que la esencia persistía. No había tanta tecnología en aquel lugar, las televisiones eran grandes cajas cuadradas y solo una familia de diez la poseía, los demás se divertían en la agricultura, en la ganadería, en la pesca, en algo que día a día los alimentaba, ahí no hacía falta un gobierno para cuidarlos o para darles razones de vida, ellos vivían al día, al año, al segundo, ellos vivían la muerte sin saberlo, nunca les gusto hablar de la muerte, era un pueblo con muchos tabús, con la religión enfrente y los pecados por detrás, era gente buena, era gente bondadosa, pero también cómo otro cualquier humano se llenaban de rencores y pecados. La esencia de ellos era la humanidad y no la tecnología cómo a grandes urbes les sucedía.  

Siguió caminando, observando poco a poco cada vivienda, el viento levantaba el polvo y se ensuciaba con el sudor, era la dicha de entrar en aquel pueblo, era la bendición de cualquier Veracruzano, sentir el sudor sobre el cuerpo, el calor en la cabeza y la nostalgia de algo bello en el corazón.

Pasó de largo por la primaria dónde estudió, la veía con las láminas ya oxidadas y caídas, la estructura muy desgastada y los muros con pedazos incompletos, era la primaria de aquel pueblo en agonía, en desdicha por las almas que jamás partieron hacia un futuro mejor, y es que el futuro mejor para ellos era permanecer todo el tiempo en aquel lugar, en aquella choza que por ventanas tenían mosquiteros y por puerta unas sábanas, aquellas viviendas dónde se almacenaban recuerdos de generación de generación, costumbres de hace siglo y bondad entre las personas.

El sudor le corría por la frente y por las mejillas, sus maletas estaban pesadas de todos los recuerdos almacenados, las penas las arrastradas cómo piedras en los guaraches, solo le faltaban tres calles para llegar a su casa, pero ya el cansancio lo agrumaba, no le permitía dar el paso siguiente, de sentir el calor y la brisa en su cara, la sonrisa desaparecía. Ahora tenía un rostro diferente, se sentía el cambio de aires, el cambio de entorno, el cambio del tiempo, era la belleza del pueblo cercano a la playa, la belleza que transfiguraba el alma de todo aquel que partía de aquel lugar.

Seguía avanzando y en eso una lágrima se le derramó por la nostalgia, cuando trató de limpiársela ya no la encontró, sabía que ahí en ese placido lugar las lágrimas no existían, todo eran cuentos y mitos, el agua derramada por los ojos se evaporaba al toqué del rayo solar, así toda tristeza era olvidada por los rurales, toda pena no se recordaba.

Faltaban tan solo dos calles más para llegar al reposo después de su largo viaje, se daba cuenta que ahí sus raíces estaban esperándolo, se percató que en las grandes urbes, donde una vez trató de vivir, no eran lo suficiente real para él, las grandes ciudades viven bajo otro nivel económico, bajo otro nivel social, allá solo se preocupaban por la tecnología, por el salario mínimo, por las propuestas de gobernantes que no cumplen sus promesas, había marchas día a día por la inconformidad, el transporte público era un caos total, una osadía, un juego que se tenía que completar, y él, él simplemente no lo soportó, no podía seguir viviendo en un lugar dónde todo lo atormentaba, en un cielo que muchos de los Jarochos anhelaban, imagina llegar allá y ver los grandes edificios, ganar mucho dinero, comprarnos unas de esas teles nuevas que son planitas y no ocupan espacio, ver de cerca a los gobernantes y darles una mano, un saludo, imagina ver a tanta gente que no conocemos,  imagina la buena vida que les espera a los glorioso que nacieron allá y no a los pobre que nacimos aquí, eran palabras que se escuchaban noche a noche en la cantina del pueblo, cuándo los trabajadores contaban sus anécdotas de la semana y de su pasado, cuándo hablaban que el abuelo de uno era el amigo del otro, y que la prima se había casado con tal fulano, y entonces descubrían que todos eran familia y brindaban por ello. Eran brindis con cerveza cada noche que se podía, eran amigos de verdad, familia solamente, eran ellos en un pueblo donde no decías la vecina tal, sino simplemente decían, ve con aquella que se casó con tu primo, ve con tu tía, ve con aquella quién se quedó con tu sobrina, un pueblo dónde las relaciones sanguíneas son una gran telaraña.

A una calle Manuel ya podía ver su hogar, se veía tan lejano, inalcanzable, solo faltaban unos cuantos metros y su cuerpo se le hacía pesado, bajaba la mirada por pena, por vergüenza de haber alcanzado el cielo y de haber preferido el infierno en cuál se encontraba, él solo quería la tranquilidad de su alma, el no entendía como la gente quería irse a la ciudad con toda la contaminación, con todos los problemas de desesperación, él, solo quería llegar a su tierra llena de paz, llegar a su hogar, comer frijoles en olla, comer huevos en las mañanas que la gallinas daban, él, prefería le leche del establo, el queso hecho por su tía, los pepitos para el calor, él quería tocar de nuevo el mar, sentir la arena en su cuerpo, sentirse de nuevo jarocho, sentirse de sangre caliente, él prefería escuchar el canto de los animales nocturnos, el canto de la familia de al lado y de en frente, quería la vida en la tranquilidad ignorante, quería salir de noche sin temer a nada, quería ver a su viejos amigos ya casados y con mucho chilpayates. No había lugar mejor que solo el pueblo donde él había nacido, donde había crecido y donde posiblemente moriría y toda la gente asistiría al funeral, porque toda la gente de aquel pueblo acompañaba en el velorio, no luchaba una familia, sino más bien, el pueblo luchaba contra esa tristeza, pues en cada velorio había albures, risas, bromas y alcohol para compartir las memorias del muerto recién llegado, y así después continuar la vida con los muertos en la memoria.

Se imaginó la boda con su vecina, la cual había tenido una infancia muy bonita, la gente del pueblo siempre iba a cualquier fiesta, desde bautizos, comuniones, confirmaciones, bodas, tres años, y toda las fiestas que alguna vez se inventaron, se imaginó su vida a lado de la vecina bonita –al menos él al consideraba así,- con sus cabello ondulado y su cuerpo bien tornado, con unas tortillas hechas a mano todas las mañanas y un café de olla todas las noches, con muchos hijos para dejar una buena descendencia. Ya de nuevo sobre su rostro se había dibujado una sonrisa, el sudor ya estaba evaporado, el sol y el calor no lo sentía, sus maletas ya no pesaban y su tristeza se había transmutado a solo felicidad, y al pasar a la casa que estaba al lado de la suya, se percato que su vecina Gloria estaba igual de bella que cuando se despidió de ella hace ya algunos años, y también observó como ella ya era de otro, ya estaba casada o al menos juntada, con un embarazo en camino y un chilpayate quizás de unos 2 años, sus ilusiones se perdieron al igual que sus sueños al haber viajado a una ciudad que consideraban cielo, por haber dejado sus raíces, por haberse ido allá a lo lejos sin cumplir ni uno de sus sueños.

Al estar enfrente de su casa, recordó como la gente de ciudad decían solo Veracruz es bello, y era cierto, realmente ese estado es muy bello, pero la gente pensaba que era hermoso por su gente, por la naturaleza, por la sociedad, por todo lo que él hace tiempo se había imaginado. Pero esta tarde el descubrió que solo Veracruz es bello porque es un infierno, un infierno que se presenta en la vida y no en la muerte como mucha gente pensaba.

De nuevo, sintió el calor sobre su cuerpo, el sudor en la frente y las maletas pesadas.


-          Poeta Irracional. 

Todos los derechos reservados. Esta obra está protegida bajo las leyes del copyright y decretos internacionales. 

Te conquistaré.

Te extrañaré.


Me he puesto a escribir, mejor dicho a escribirte...

Sé que ya estas ausente, que ya desaparecí cómo el aire, que no me vez, que ya no estoy ahí donde solía estar...

Sé que no agarré bien esa rosa, sé que  extrañaré el aroma de tu piel, tampoco fingiré que me hará mucha falta ese cálido calor de amor, y no puedo mentirme a mí,  sé que te fuiste allá muy lejos con la pureza de la luna.

Duele perderte, duele demasiado, siento el veneno corroer mis venas, siento que la cabeza quiere explotar y que mis letras  ya no tienen sentido... Pero no he parado de amar, sé que quieres ser una mariposa, salir, emigrar ser libre por esos grandes árboles. -Se libre y vuela muy alto.-

Dios, debo confesar que extrañaré su cantar en el vocabulario, su físico en el entorno, sus hermosos ojos que detenían el tiempo, su hermosa piel que era de terciopelo, sus manos suaves cómo sus mejillas, su orejas, su cuello, sus caderas, sus piernas, sus pies con el cuál caminaba seximente, extrañare el olor de su pelo -esos viajes peores que una droga me daban vueltas por todo el infierno-.

 Pero extrañaré más su vientre, vientre perfecto para el hijo y hermoso para la madre. -Me seco una lágrima tras otra de felicidad, tristeza y devoción-

Ahora cada vez que voy a mi cama, recuerdo esas noches tan pasionales y ardientes dónde nos entregamos el amor,  fue tan maravilloso estar en el cielo y estar en el inframundo, fue explícito tenerte entre mi cuerpo, fue más que solo estar unidos, fue más que hacer el amor, fue más, mucho más... No puedo explicarte como fue pero lo fue...

Ahora dejo aquí esta hoja con todo mi amor, sé que solo son letras que no valen nada... Sé que mi amor ya no te hace reír ni siquiera te hace sentir bien... Pero te dejo mí amor, te dejo este amor... Tíralo, regálalo, acéptalo, vuelve, ignóralo, véndelo, haz lo que quieras después de todo solo fue tuyo y siempre será tuyo...
He fumado un cigarro de poesía, tiré el espeso humo de recuerdos y en ello claro se leía...


"Vuelve cuando quieras, porque estos brazos estarán abiertos mi amada mía"

Todos los derechos reservados. Esta obra está protegida bajo las leyes del copyright y decretos internacionales. 

viernes, 29 de julio de 2016

La vida transcurre en sus ojos.

La vida transcurre en sus ojos.


Día 1

La vida transcurre en sus ojos lentamente y  a veces va deprisa.
La prisa que es brisa y al mismo tiempo mar, que el mar es tiempo al andar.
No sé la fugacidad de encontrarnos enteros y después de la partida mi mitad ya no está.

Es que no entiendo que tienen esos ojos que me cautivan en cada día de primavera
y es que el mes de abril me lo has robado y el mes de mayo ilusionado.
Los meses que son las orquídeas de nuestros días, los días que son solo dulces.

Fodonga, sin arreglarte sigues siendo bella, hermosa, deslumbrante.
Observación para el ciego y escucha para el sordo.
Quisiera ser manco para atraparte con mi alma.

Quisiera gustar de ti, gustar de ambos, tener amor de dos.
Porque el amor no corre en una dirección pero yo sí corro hacia ti.
Como un alce cuando huye del peligro, peligro enamorarme,  tengo miedo temo…

Día 2

Me reinvento en tus bellas manos, en la inusual verdad de perderme en tus brazos.
Si fueras Diosa estaría en misa, si fueras demonio en un culto.
Pero eres natural, mortal hija de Eva y Adan.

Déjame encontrarme contigo en la playa, déjame perderme poco a poco en tus labios.
Blanca, guera, azul, verde, violeta, eres todos los colores, eres todo mi noción.
Y es que me pierdo poco a poco lentamente, entre el seré y no ser.

Esos ojos miel con anteojos se pierden, se vuelven profundos, penetrantes.
Penétrame el alma y dáñame para que quede en coma por tu amor.
Y es que tu mirada mata, resucita y me hace vivir.

Me pierdo lentamente en el abismo de tu corazón.
Poco a poco, despacio rondo por tu cintura, por tu alma.
Dichosa alma que tienes, dichoso el mortal que la sostiene.

Pasan los años, los días, los segundos y tú no estas.
Te sigo esperando, te sigo esperando, te sigo esperando
¿Qué no te haces pequeña cuándo te busco?

Niña que en su cabello está el sol, que en las mejillas se encuentran las nubes
Piérdeme en tus constelaciones, entre Geminis.
Piérdeme entre los gemelos , no importa me encuentro en tu corazón.

Muerto sin aire, sin aliento, sin comida o bebida.
Muerto en la penumbra de la noche y es que te encuentras en mis ojos.
Te encuentras en mi garganta, te busco en la niebla de la mañana.

No esta hija de Eva y Adán.

Día 3

Renací de las cenizas, deslumbre a la luna y mate a escarlata.
No sabes lo que hablan nuestros ojos, nuestras voces nocturnas.
No sabes el anhelo de pasar por ti en la tarde.
Y comer contigo junto a la playa.

La playa que es llana y rebelde.
Pelo rebelde has de tener pequeña guerrera.
Con tu sonrisa simulas la venganza en tu alma.
Y con dulzura empuñas la espada envenenada.

Por ello te tengo miedo, miedo de ti y de las espinas.
Miedo de la ira que aíslas, miedo de la granada que eres.
Y es que un gato al pasar me ha dicho…
Que las mariposas también hieren.

Voz de niña, cuerpo de adulta me han enterrado tus ojos.
Ojos de búho nocturno que me caza de noche los sueños.
Y de día el cansancio de no tenerte alma a alma.
Alma como el agua para el desierto.

Me traes loco, por aquí, por allá y más allá…
Me traes delirante de tus labios, de tus pómulos…
Me traes esquizofrénico por tu amor…
Me traes psicópata en el mensaje que ronda en tu aura…
Mi niña has tomado mi corazón en la comida.
La has abierto y llenado de lágrimas de miel.
De llanto no apresurado, es que en tu alma estoy atrapado.
Me ahogo en el dulce néctar de tus manos.

No he vuelto a dormir por pensar en ti…

Día 4

Te volví a mirar y volviste a callar, he aquí la nostalgia de mi partida.
Me había perdido completamente, en el insomnio, en la pesadilla.
En el miedo de terminar callado, de no decirte nada, de decirte todo.
De comer poco a poco y de andar descalzo.

Y es que eres tú entre tanta mujer la que me ha atrapado.
Y no solo eso, sino también tú locura me ha golpeado.
Chica misteriosa, delgada y alta.
Me encuentro perplejo por la ausencia que callas.

Eres ausente, soy ausente cuando a mi lado no andas.
Podremos hablar de muchas cosas, de muchos temas.
De anécdotas, cuentos, novelas, fantasías o poemas…
Podemos hablar de mil y una noches de naufragio.

Pero no hay historia más hermosa que esta cual vivo a tu lado.
Porque me inspira leerte, leer tus labios, tu cuerpo.
Entender tu mirada,  tu cabello, analizar con profundidad
La poesía que en ti está grabada, eres poesía de abajo hacia arriba.

Contigo encontré el cielo y al mismo el infierno.
Porque estar contigo es estar en ninguna parte.
Porque estar contigo es estar en todos lados.
Niña, mujer, doncella ¿qué me has hecho?

He partido y he dejado todo en ti, todo en casa, todo en cuarto.
Desde una canasta hasta la poesía olor a café.
Y es que en realidad te pertenezco.
Y es que en sueños me perteneces.

Declaro la guerra de mirada a mirada, de mano a mano.
De piel a piel, de cuerpo a cuerpo…
Pero declaro la paz de alma a alma pero sobre todo.
De corazón a corazón.

Pienso, pienso que deberíamos estar unidos como el cielo al mar.
Como la rosa a la tierra, como el aire a las aves…
Yo sé que el destino nos unirá, nos hará cachitos y nos juntará.
Uno por uno, dos por dos, tres por tres.

Por cachitos se forman las líneas de tu sonrisa.
Por cachitos se forman las palabras de la poesía.
Y es que los cachitos son momentos.
Y los momentos nos unen, nos juntan.

Hoy es mi partida y con ello dejo todo en ti.
Niña de ojos miel, danzante pura, eructo delator.
Embriágame de tu alegría.
Consérvame en el humo de la esperanza.

No te quiero perder –Nunca te he tenido –
No quiero perder esta batalla, esta guerra.
Porque lucharé por ti, desde hoy hasta hoy.
Porque el mañana no existe y el pasado no estoy.

Niña de ojos color miel, piel clara como el sol.
Dame tu luz, dame tu amor, dame migajas.
Que de esas migajas sobrevivo día a día.
Entre sueños y realidades ya no estás…

He muerto enamorado de ti… te extraño.

Día 5

Los días pasan pero ya no estás a mi lado.
Solo escucho tu voz y te leo por grandes ratos.
Pero no tengo la suavidad de tu piel.
O el calor de verte a mi lado.

Tu sonrisa se me hace nostálgica con el tiempo.
Aún recuerdo tu bello cabello cuando el sol sale.
Pero te echo de menos.
No hay mujer que me distraiga o me llame la atención.

Y no ando en busca de una, simplemente y solamente porque te pertenezco.
Es que me robaste desde hace 4 años.
Me devolviste la ilusión hace 2 años…
Me reencontré en ti el sábado de gloria –Gloría a Dios, bendito sea por librarme de mis demonios y mandarme a un ángel en Concepción-

Han pasado 5 días desde que salí contigo… y aún recuerdo las palabras de aquel tonto niño que a tu lado leyó poesía a su enamorada.
Puede que esto sea una historia de amor o puede que no…


Poeta Irracional.

Todos los derechos reservados. Esta obra está protegida bajo las leyes del copyright y decretos internacionales. 

jueves, 28 de julio de 2016

Sueños perdidos.

Sueños perdidos.


Quizás algunos digan que esto posiblemente sea una historia de amor, una tragedia de un joven soñador, un misterio de la vida, la verdad, ni yo lo he pensado como tal, pero todo se remonta a hace apenas unos cuantos años atrás, cuando yo era todavía joven y ella era menos hermosa de lo que es actualmente –aunque ya tiene dos años que no la veo.-

Pero si algo me queda claro, es que nunca olvidaré al primer amor de mi vida, o quizás al único amor de mi vida –lo dudo, ahora que reviso me escrito estoy enamorado de alguien más- , no lo sé, esas dudas me atormentan cada noche como esta, a veces son noches frías como su mirada hace algún tiempo, a veces son noches cálidas como los abrazos que hace poco nos dimos. Y es que todo empezó en nuestra juventud, en la pubertad cuando la conocí, muchos pensaran hasta el momento que fue amor a primera vista, pero no es así, realmente el amor a primera vista no sirve, no funciona, no existe, esta historia de amor amargo,  trata sobre un enamorado de amor a primer odio, y es que al principio me caía tan mal, tan de la patada, tan de la mano, tan de la cabeza, que ahora, justo en este momento no la puedo olvidar.

Primero de secundaria, ella tan hermosa, tan linda, tan normal, y yo tan equis, a veces era ye cuando me aburría, muy pocas veces me atreví a ser zeta, pero el primer año ni siquiera nos hablábamos, solo recuerdo su tez pálida como siempre y sus chapitas sobre las mejillas cuando se acaloraba, cuando se enojaba, o cuando se sonrojaba, cuando pasaba cualquier cosa fuera de lo normal ella se pintaba de mil colores en rosa. Nunca imaginé que una niña fresa como ella podría gustarme, nunca lo pensé…

Los años de secundaria pasan rápidos, algunos más lentos, pero en las horas de educación física cuando corríamos alrededor de la escuela, ella se cansaba a un cuarto de camino, era muy chistoso ver que su condición física nunca fue tan buena, pero me agradaba verla en múltiples facetas, ella creía que yo no la observaba, pero siempre desde el primer día no le pude quitar la mirada de encima, a pesar de que me caía mal, había algo en ella que me atraía, que me volvía loco, que me descontrolaba la mayor parte de mi tiempo, y es que en secundaria no me gustaba nadie, ni siquiera ella o al menos eso pensaba, todo comenzó cuando entramos a tercer grado, ese año fue un cambio muy drástico para mi dramático corazón, era prófugo de una agonía.

Mi mejor amigo quería con ella, y ella comenzaba a ser parte de mi vida, ese año comenzamos a hablarnos, a pedirnos prestadas algunas cosas, a tratar de llevarnos bien, yo le caía mal, lo veía en su mirada, ella me caía mal, lo escuchaba en mis palabras, pero siempre, siempre estábamos unidos por algo, por una excusa, por pretexto, algo siempre nos atrajo como dos imanes separados pero atraídos el uno al otro.

Dolía, es cierto, dolía profundamente como quién se ahoga en un vaso de agua, era inestable pensar en la traición que le haría a mi mejor amigo, en la desesperación de perder a esa dulce niña de tez fantasmal, los días pasaron y pasaron, el salón de clase aglomeraba la relación – aún no eran novios, yo nunca quise que anduvieran. – Nos graduamos y al regresar a la prepa todo sucedió, ellos se dieron la oportunidad de dañarse, de lastimarse, de quererse, se dieron la oportunidad que yo siempre anhele en aquellas noches de melancolía, el deseo de cualquier recién nacido en sus ojos, yo era solo un amigo más, su mejor amigo en esa época, aún duele recordar todo el martirio que pagué por mis pecados futuros.  Ellos estaban juntos aunque los separaba un salón.

El tiempo paso, yo me consagré con una novia, pensé que la había olvidado con tan cruel acto, pero no fue así, ella día a día se enterraba en mi cuerpo cómo una espina, cómo una estaca a punto de matarme, y yo, yo simplemente no ponía resistencia, quería el suicidio, quería el homicidio por ella, el tiempo paso cortamente, solo cuatro meses duré con aquella chica y de nuevo volví a los brazos de una amada que nunca fue mía, pero que en ese tiempo fue de otro, y aún en estos tiempos puedo seguir diciendo que sigue siendo de otro.

Recuerdo los celos que me causaba verlos juntos, ese enojo o esa furia, esa inestabilidad mental, me percataba que cada mañana lo recibía con un beso, en cada receso se tomaban de la mano, era un amor limpio e inocente, era un amor pulcro, al principio eran celos enfermos como los de cualquier otro adolecente, pero después de un tiempo comprendí que la felicidad de ella desgraciadamente era mi felicidad.  Que ineptitud pensar que la felicidad de otra persona me llenaría, nunca lo había imaginado hasta ese momento, mis errores cometidos, mis ideas fallidas. Recuerdo que una mañana antes de entrar a clase, me acerqué a ella y le dije que yo también quería esos besos que dan esperanza al día, ella aceptó, yo pensé que nunca lograría convencerla, pero ella simplemente dijo sí, como si nada le importara, los días pasaron y me fui siendo más cercano a ella, me contaba sus problemas, sus felicidades, los recreos eran de nosotros, de unas cacalas de Don polo, de unos Carlos V regalados, así paso bastante tiempo, hasta que mi mejor amigo puso un alto a toda esta locura, ella por obvias razones le hizo caso, y fue cuando tuvimos nuestra primera pelea de verdad, nuestra primera separación, nuestra primera lejanía, en ese momento de mentalidad adolecente lloré, lloré por dentro, se desgarró mi cuerpo con cada mirada desviada, con cada palabra ignorada, así fue un dilema que a principios de los 16 años me gobernó.

Esa era, fue eterna, no tener al espíritu a mi lado, no tenerla y verla con otro, observar como sus miradas se penetraban mutuamente, y yo perdido en la nada, en la nada de un amor siendo sombra de otro.

Un año quizás fue el tiempo que no nos hablamos, realmente no lo recuerdo mucho, quizás solo paso medio año, quizás solo un día, quizás solo un minuto, pero aunque haya muchos quizás, nunca sabré el tiempo exacto puesto que para mí fue una osadía del tiempo engañado.

El último curso de nivel preparatoria se acercó, todos con sueños sobre su futuro, todos eligiendo carrera, eligiendo escuela, eligiendo fugarse de esa adolecente realidad, yo, no era diferente a todos, también me preocupaban esas cosas, pero no presumía, nunca me gusto hacerlo y tampoco a ella, pero ella estaba feliz, la veía feliz, hasta que de nuevo nos hablamos, con disculpas, con perdones, con abrazos y volvimos a nuestra relación habitual de amistad, me comentó todo lo que había pasado con mi mejor amigo, con sus demás novios, y entonces me mostró a una chica fría, vengativa, a una chica que quería ver a los hombres sufrir por todo aquello que le hicieron, yo, no lo creía, pero así fue cuando de nuevo el amor que sentía por ella comenzó a crecer, aumentaba, y seguía aumentando como una bomba, como una liberación de energía espontánea y tarde o temprano explotaría.

Me encontraba deprimido y feliz… Solo tenía la esperanza de que saliendo de la prepa la olvidaría, de que teniendo otras mujeres la olvidaría, de que si no trababa de recordarla la olvidaría, y el tiempo paso, y la preparatoria acabó, el sueño que tuve de secundaría se fugó por unos segundos, pasando ya 6 meses ella me volvió a buscar y entonces el detonante apareció.

La verdad, es que a final de semestre si quería darte la oportunidad, pero no me atreví a decirlo porque ya eran los últimos días y no quería perderte como amigo,  aquello explotó en mi interior, ya varios kilómetros nos separaban, varías ideas habían cambiado, la educación había causado metamorfosis, había causado estragos en la sociedad anónima del amor. Me había alegrado ante elocuentes palabras, pero se esfumó como la luna cuando ve al sol, se fue, se ocultó del despiadado asesino, y entonces las palabras más frías salieron de mí, ya es demasiado tarde, y ahora quisiera que nunca fuera demasiado tarde para obsérvala diariamente, para hablarle a cada momento, para abrazarla, para tomarle de la mano, pero sobre todo para decirle Te Xochimilco, que lugar más bello que Xochimilco para demostrar un amor único, un amor de flores y lagos, un amor de historia mexicana, un amor de odio y arrepentimiento Jaracho, o al menos, eso dice alguna gente que sabe la historia y otros que la ignoran.

Nos volvimos a ver por última vez, ella angustiada por sus estudios, por una mala elección, tan preocupada por ser normalista y tan idealista por querer ser ingeniería, al final la familia te golpea, los amigos te golpean, los amantes te golpean, Dios te golpea, el mundo te golpea, y entonces ahí aparece el Diablo, tan fiel Diablo a las personas para apoyarte, para abrazarte y para aconsejarte, lucha por tus sueños fue lo único que pude decir, le abracé como nunca antes lo había hecho, y en aquella ocasión fue la primera vez que pude hablar con su familia, por mi mente paso decirle suegra, cuñada, cuñado, suegro, pero también paso la palabra amigo y todo de nuevo se desvaneció.

Durante dos años no supe nada de ella, realmente yo sentía que ya no me importaba, yo estaba viviendo o por lo menos sobrevivía a las pruebas de la buena vida, sin misterio alguno, un día decidí mandarle un mensaje porque ese fin de semana me había acordado de ella, había visto a un amigo de secundaria tocar con su banda, me inspiró, me hizo resucitar el pasado y entonces como una chispa que ilumina el pensamiento le saludé, ella respondió inmediatamente y continuamos la plática, ¡eureka!, ¡erukea!, decía mi pensamiento mientras mi corazón dormía, ya no siento nada por ella, esa ilusión tonta,  pero después me mandó un mensaje de voz, sin relevancia alguna, y no entendí lo que me trató de decir, y no entendía lo que escuchaba, pues al final de los finales, su voz fue quien me transporto a los bellos recuerdos de mi pubertad, sin dudarlo dos veces, le marqué por teléfono y entonces las lágrimas salieron como océanos escondidos, era felicidad y tristeza, era añoranza y desesperación, era amor y odio, era todo y nada.

Lloré por la alegría de escuchar su voz, di gracias a ella por seguir viva, di gracias a los Dioses de todas las religiones, simplemente el corazón dormido había profanado la libertad del sueño y se despertó indicándome que había vivido engañado, que aún la quería, que aún la amaba, que aún no podía superarla, esos ojos claritos como las madrugadas en Veracruz, esas mejillas rosas como las flores, esa tez tan pálida como la nieve, ella era naturaleza, ella era simplemente la persona más normal que no era perfecta, pero que estaba hecha a  mi medida, su melodiosa voz de sirena, sus palabras de ángel, sus enojos de demonio, ella era todo lo surreal que nunca había existido, no al menos hasta que lo admití. Intercambiamos algunas palabras nostálgicas y toda la ilusión se prendió dentro de mí al escuchar sus palabras,  todo puede pasar, solo déjalo fluir, por primera vez, no me decía que no la molestara con mi amor porque era mi amiga, por primera vez solo dijo que el destino lo decidiría, y esas palabras de cambio para mi fueron más que letras, fueron un paso, un escalón más, una duda infinita.

Mis relaciones posiblemente no habían funcionado porque mi corazón le pertenecía a un fantasma, a un recuerdo, a una esperanza, a un delirio, quizás mi amor por ella era tan grande que no me permitía darle amor robado a otra.

Y ahora aquí me encuentro escribiendo una carta de declaración a la que alguna vez fue mi mejor amiga, ahora estoy seguro de que es el amor de mi muerte, el único e irremplazable amor de mi existencia, la que me crea un ilusión y me eleva, la que me mata, me desgarra con un simple te quiero como amigo, la chica que nunca pude robarle un beso, que nunca podré robarle un beso, que nunca será mía aunque más quisiera, la chica con una sonrisa de media luna, con una carita de niña buena, la chica que tiene en su nombre la serpiente, la mujer que me hace perderme en sus laberintos, que me traga con sus ojos, con sus estrellas, con sus abismos, la única mujer a la cual puedo serle fiel, la única persona a la cual no le he mentido, y me duele, realmente duele escribir esto mientras tomo tequila y derramo lágrimas de esperanza, quizás el día de mañana ella lo lea, quizás solo vea las primeras letras y lo termine tirando, no lo sé, realmente no me importa mucho lo que haga con esta carta, con estas palabras, con estas letras, yo solo sé que ella sabe, que soy un loco más loco que todos los que ha conocido, y algo me dice, quizás una ilusión tonta, quizás solo mi esperanza me quiere cegar, pero algo me susurra que ella siente algo más por mí, quizás me equivoco, pero a veces prefiero vivir en un sueño que soportar esta realidad que tanto me mata. 

Mi primera mujer y la última, ya ni siquiera puedo mencionar su nombre sin temor a invocarla, ya ni siquiera puedo escribir su nombre sin temor a sangrar, ya ni siquiera puedo pensar en ella sin poder sonreír…

Sareli, niña mortal, mujer verdadera, sueño incapaz y esperanza muerta…





Todos los derechos reservados. Esta obra está protegida bajo las leyes del copyright y decretos internacionales. 

Te escribiré un poema.

Te escribiré un poema. 


Te escribo un poema, no como cualquier poeta ni con las mismas palabras.

Te escribo un poema dónde no hablaré, hablará el corazón y escribirá la pasión, te escribiré que la luna es pura y el sol incandescente, que nuestro amor es natural y oscuro como un gato, escribiré que el amor no es como lo superficial sino algo profundo como el maravilloso océano, tan grande y raro.

Te escribiré con palabras hermosas y feas que te amo, te diré en pocas letras te odio, o me caes mal pero tu entenderás que me caes bien que me muero por ti, porque eres mi vida, mi ilusión de morir, mi  sacrilegio para cometer suicidio, penétrame con un cuchillo el corazón y con soga de serpiente asfíxiame las venas.

Te escribo tan irracionalmente como este poema que es mi cuerpo y esta tinta que es la sangre derramada en el campo de batalla.  - Porque cuando peleamos lloro lágrimas de sangre.-  Te escribo un poema dónde la ilusión crezca, dónde la pasión no muera, como la cama al sueño y el sueño a la ironía, como tú a mí y como yo a mí - porque estando contigo soy yo mismo. -

Te escribo un poema que no habla de amor... sino... de tú y yo.

Te escribo un poema que diga:


"La luna crece de noche como la leche de las montañas, la naturaleza te espera día con día en el vientre materno de tu alegoría, el aire revolotea por tu cuerpo sin hojas, el agua purifica tu piel de porcelana chocolate y entre anden y anden el gato pasea jugando a ser….”

-Poeta irracional. 

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martes, 26 de julio de 2016

Ni las rosas ríen, ni los gatos maúllan.

Ni los rosas ríen, ni los gatos maúllan. 


Le penumbra del amanecer llega, ni las rosas ríen ni los gatos maúllan, todo desaparece lentamente como el chorrito de agua cayendo por el acantilado. Simplemente nada es normal desde que tú no estas, desde que me dejaste en el olvido, desde que te marchaste haciendo que la oscuridad partiera sobre mi delirio, ¿podría decir que estoy solo?, ni yo sabría contestarme esa pregunta porque ahora volteo y todo se derrumba con violencia y odio.

Los perros de luto están acompañando a su fiel difunto mientras la lluvia hace compañía con sus lágrimas cristalinas, el cielo esta triste, tan triste porque partiste y con ello te llevaste la promesa corrompida por una fuerza que sobre pasa la gloria del amor.  Solo se escucha el cantar de melodías melancólicas acompañadas de una danza nostálgica, simplemente queda nada desde que no estas, desde que partiste toda mi vida perdió su color. Amor, amor, amor… ¿Dónde estás? ¿Acaso no prometiste estar a mi lado?

Ni los niños encuentran con que divertirse, se votan a la cama,  se cubren con la cobija y humedecen las almohadas con lloriqueos, ni la televisión se prende, simplemente se encuentra todo apagado,  no hay luz, ni las velas se ven entre tanta soledad ni la luna refleja su costado al mar.

Los delirios se pierden con el paso del tiempo y las palabras se las lleva el viento transformándolas de manera homicida en espinas secantes del amor, pero después de todo me has abandonado y me has dejado caer desde lo más alto cortando mis frágiles alas.

Ciego estaba contemplando un día presentero, predicando sobre una rosa con diferente fragancia, presumiendo de la naturaleza y los animales que hablan, sonriendo con la incontrolable alma. Ciego estaba al creer en tus palabras, en confiar en tus actos, en lograr que controles mi vida… Ciego estaba, pero ahora con tu partida noto que todo sea ha destruido con bombas atómicas de intriga.

Cascada de pensamiento, sed de felicidad… ni las rosas ríen ni los gatos maúllan. 



Poeta irracional


La bruja, la escoba y el diablo.

La bruja, la escoba y el diablo. 


Aún recuerdo haber leído ese expediente, pasé noches sin dormir y aún es imposible obtener un descanso grato, todo por haber escuchado la historia de mi amigo Jacobo Pacheco.  

Jacobo, fue sin duda alguna, uno de los mejores psiquiatras del país, el comenzó su carrera a muy temprana edad y siempre pudo equilibrar las emociones de la gente que padecía de una locura exquisita, es cierto, fue un buen doctor, pero también tenía ideas fuera de lo común, en ocasiones pensaba que la locura se transmitía como una señal Wifi, que todos estábamos expuestos a las partículas que dañaban el cerebro,  aquellas que ocasionaban alucinaciones, la verdad, yo nunca pude creerle, hasta que me mostró el extraño caso de una paciente que ni el mismo pudo controlar.

Aquel día cuando me mostró el expediente y me comentó la historia de su paciente; fue en un café, ambos disfrutábamos de la cafeína en nuestro sistema nervioso, pues hacía placentero el tiempo y larga la noche, recuerdo también que era verano, se habían sentido las temperaturas más altas en muchos años, ya México no era lo mismo, el mundo cambiaba y con ello las ideas.

Aquella noche me contó por primera vez, sobre Dora Guadalupe Lindero, una chica peculiar y en plena juventud, apenas si tenía como 18 años y ya padecía muchas alucinaciones sin sentido alguno –claro, las personas locas siempre tienen la razón en su incertidumbre- . Era un caso bastante triste, es cierto,  la vida a veces patea más a los inocentes.

Todo comenzó cuando me explicó que Dora se le fue otorgada hace algún tiempo y que había desaparecido desde la primera cita, él llevaba consigo un expediente demasiado extenso, eran varias hojas con toda la información recaudada. Primero sacó una foto de ella, me la mostró y entonces pude ver a una jovencita muy bonita, tenía un tez pálida y unos ojos cafés claros, su cuerpo -a mí punto de vista- era envidiado por las demás mujeres, pechos alzados, nalgas firmes, piernas moldeadas, caderas como montañas gemelas y cintura como el río Tecolutla, sonreía, pero no mostraba signo de felicidad, a pesar de ser bella, no se mostraba viva, algo en ella estaba mal, caía una depresión sobre su rostro, se veían las lágrimas en el reflejo de sus ojos, de solo ver aquella foto, la piel se me erizo, transmitía una emoción nostálgica, me empapaba de algo sobrenatural que nunca había experimentado, una energía negativa o algo de ese índole. Al terminar de ver la foto se la devolví y me sorprendió, ya que Jacobo me observaba fijamente, él sabía que algo estaba mal, en ese instante, se dio cuenta que nuestras vidas iban a cambiar por tan singular caso.

El expediente de Dora continuó; no fue un producto concebido por una pareja de enamorados, más bien; fue una noche cuando su tío ebrio -hermano del “papá”- acudió a la casa de su cuñada, llegó y tomando la excusa de una discusión golpeo a la señora dejándola inconsciente, esa noche ya sea por efecto del alcohol o por lujuria, el tío abusó de ella, de esa violación nació Dora sin saber la verdad durante bastante tiempo.

 Era solamente la introducción a la vida de aquella señorita y ya sentía mucha pena por ella, mucha pena por la manera en que un Dios la trajo al mundo, en ocasiones me cuestionaba sobre la existencia de un ser divino, pero en ese momento, me había quedado claro que tanto Dios como el Demonio, eran uno mismo jugando con el papel del bueno y del malo.

Esa noche fue bastante larga, sacamos la siguiente información del caso, y entonces me mostró un informe de la primera psicóloga que trató a la paciente, la psicóloga se llamaba Martha Cárdenas.
En aquella cita la psicóloga Cárdenas se encontraba en su consultorio, esperando a que su paciente se presentara ya que llevaba 5 minutos de retraso -claro, para ella no era un retraso sino una cita cancelada, debido a que nadie acepta ir al psicólogo y mucho menos cuando se tiene la edad de 12 años, en todas las épocas por la cual ha transcurrido la vida, han visto la locura como una enfermedad y no como una virtud, o un don de Dios piadoso - pero para su sorpresa, Dora acompañada de su mamá llegó y fue entonces cuando los disturbios de esa hermosa niña produjeron catástrofes en el caso médico.

La mama de Dora pensaba que su hija estaba mal de la cabeza -y en ese momento no se equivocaba – Dora comenzaba a ver a seres extraños y a interactuar con ellos. La psicóloga comenzó el tratamiento ganándose la confianza de la niña, así paso el tiempo en el consultorio y en las primeras citas obtuvo la información necesaria, pudo intuir que era una niña solitaria, desde pequeña sus padres y hermanos no la tomaban muy en cuenta, ella misma contó que tomó ácido por falta de atención, afortunadamente fue atendida de inmediato, aun así quedo con cicatrices internas sobre su garganta , quizás solo quería ser querida  y eso ocasiono que inventara seres, al menos, eso pensaba Martha, hasta que en una sesión preguntó sobre los tipos de entes que veía y fue ahí cuando se sorprendió.

Martha como de costumbre, esperaba una historia o unos entes manifestados por la soledad, estaba acostumbrada a ese tipo de historias puesto que era su especialidad, el problema fue que Dora no era una persona normal, realmente no lo era, para la edad que tenía había pasado por grandes traumas y sus seres no eran unicornios, ni nada lindo, ella hablaba de montar esqueletos de caballos, se sentía vacía por dentro, decía no tener órganos y que las paredes de su habitación sangraban, pero que sangraban, porque ella tampoco tenía sangre, también menciono unos búhos y lechuzas que se postraban por su ventana, la veían fijamente a los ojos y poco después esos animales se iban y regresaban con ojos de personas, lustros de gente que no quería ver lo que había a su alrededor, al menos así lo explico ella, decía que la soledad le permitía vivir cosas que los demás seres no podían adquirir, para ella la locura que tenía era un don, pero nunca los espectros le hicieron daño a su familia o algún conocido, desde este punto Martha no pudo con el caso, no podía con una niña tan linda pero al mismo tiempo tan diabólica, no podía aceptar que este tipo de síndrome no estaba a su altura y por lo tanto optó por mandarla con un psiquiatra. Para ella, la mente de esta infanta era de una distorsión que podría caer en lo psicosis, había escuchado sobre caso de entes causados por la soledad, pero solo eran amigos imaginarios, personas humanas creadas desde la propia mente, nunca había tratado con algo tan enfermo, con algo que no tenía lógica, con una mente que provenía del inframundo. 

Después de lo que vivió la psicóloga, no se supo nada de ella, al igual que Dora había desaparecido sin dejar rastro alguno.

Tras ver ese expediente mis dudas aumentaban. Yo pensaba que todo eso era natural de una persona sin amor, pero Pacheco me decía que no era así, que realmente las cosas eran muy oscuras, porque a pesar de ser una niña muy bella, en su interior, más bien, en su mirada ocultaba algo abismal y tenebroso. Había una energía negativa en su aura, un espirito prófugo de otro planeta, de otra tierra. Seguía perdido en mis pensamientos y entonces tomé otro papel dentro de aquella caja llena de archivos. 

Esta vez solo era una redacción sencilla, en ella explicaba muchas cosas que le pasaron a Dora durante su crecimiento antes de llegar a la adolescencia, seguía sola, seguía sin saber porque existía, porque vivía, realmente eran paradigmas lo que su cerebro formulaba, ella simplemente quería saber él porque un Dios no misericordioso la había mandado ahí.  Seguía buscando el amor como las lechuzas que imaginó, quería partir a su libertad en un caballo de puro hueso, quería estar dentro de su cuerpo para descubrir que no se encontraba vacía, que realmente algo dentro de ella existía.

Pacheco sorbía su café mientras yo leía hoja tras hoja. A pesar de ser un caso extraño, aún no encontraba lo que le preocupaba tanto a Jacobo, aún no podía obtener esas palabras claves o de qué manera él pensaba buscarle con esa información que poseía. 

En aquella caja se terminaban los papeles, y entre los escombros de los pocos documentos que faltaban, se encontraba una grabadora con una etiqueta que decía primer contacto con el infierno.  Yo creía que era una exageración del psiquiatra que la atendió, pero toda esa idea se borró de mi mente cuando escuché la grabación.  En esa ocasión Dora tenía 16 años.

El demonio hizo su primera aparición, salió por la madrugada de un sábado del espejo que estaba en el tocador sobre los pies de mi cama, fue extraño ver como ondas pequeñas de agua se formaban en medio del cristal y de la nada comenzó a salir, empezando por sus cuernos, cabeza y el resto del cuerpo.

Era de aproximadamente 1.20 cm y su piel era suave y tercia como una gema elegante, era todo un Rubí de rojo carmín, sus ojos siendo alargados y medianos poseían una pupila de retina delgada y similar al de un reptil y de su cuerpo ni hablar, esa noche vestía un elegante traje negro de gala junto con un moño en el cuello y en su mano tenía un bastón que hacia juego con sus zapatos de un charol brilloso y agujetas perfectamente atadas, en sus cuernos traía un sombrero mediano y un tanto alargado similar al de un mago.

Al escucharla noté en su voz alegría, no había miedo ni temor, no había nervios ni tristeza, simplemente una felicidad como si tuviese un nuevo amigo, a ella, esa aparición no le causo la menor perturbación. Era la amante de un demonio muy singular. El psiquiatra Adrián Domínguez pudo guardar la compostura para formular las preguntas y así obtener más información sobre su paciente.

¿Qué sentías al estar con él? ¿Alguna vez te dijo algo?

Ella sin sorpresa alguna contestó con la misma emoción del inició.

Al inicio, verlo parado frente a mí, y ver su raro rostro, hice una mueca de confusión ante él y comenzó a reír, me dijo que me venía a visitar y que le daba gusto que una chica como yo le gustara una música tan exquisita como lo es el Jazz. Al principio, si sentí miedo, pero después me sentí bien porque era como estar con un gran amigo.

Ahí se terminaba el audio, mi piel en aquel momento estaba erizada, estaba viviendo todo aquello que hablaron, Jacobo solo bebía su café y me observaba, para él era crucial que yo terminara de examinar esos documentos para darle mi opinión y seguir las pistas hacia la desaparición de Dora. El siguiente expediente igual era del psiquiatra Adrián que hablaba sobre la aparición de ese demonio, al principio las visitas del ángel caído del Jazz eran repentinas por lo menos tres veces a la semana, después de la primera cita con el doctor, las visitas del demonio fueron diarias durante 3 meses consecutivos, después del tratamiento aquel demonio desapareció de la mente de Dora. El demonio al haber desaparecido causo en la chica una depresión total, ella misma afirmaba que se sentía sola de nuevo, que su mejor amigo se había ido y que todo era culpa del doctor.

El siguiente documento era del mismo psiquiatra Adrián, él pensaba que ya había terminado con las ideas locas de Dora, pero no fue así, el caso continuó dos años después de haber desaparecido el demonio, la chica en ese tiempo se mostró naturalmente normal, pero pasando ese mes de nuevo el caos llego a la perplejidad de su realidad. El documento de nuevo venía con una grabación incluida con el nombre El gato de Chershire haciendo alusión a la obra psicológica de Lewis Carroll, por un momento pensé que era solamente una burla hacia el caso de la chica, pero no fue así, realmente tenía mucho que ver con lo que en esa ocasión escuché.

Él apareció en la terraza de la casa donde solía crecer pasto y a veces hasta dientes de León. Una mañana en lo que estaba tendiendo ropa apareció repentinamente y era bastante extraño ya que poseía una cola larga y algo gruesa, pero cuando preste atención eran dos colas en una sola, su cuerpo era delgado y alargado como un gato egipcio e igual su complejidad del rostro, su trompa era alargada y similar al de un dragón, tenía una lengua de serpiente y ojos alargados, y una pupila bastante delgada como la del demonio que me bailaba Jazz, su pelaje era negro y ese gato al principio me dio bastante pavor ya que verlo de golpe me dejó helada…

 Él dijo que venía a cuidarme de los seres de mala voluntad y que era alguien que provenía de lo profundo de un inframundo que ni Dios conoce.

Las palabras de la adolecente de nuevo mostraron una emoción, ahora no hablaba como si hubiese conocido a un amigo, esta vez era la mascota que ella tanto deseaba, era una mascota que le recordaba al demonio, un gato singularmente atado a las tinieblas. Él habla de Dora, su manera de comunicar las cosas me helo la sangre, para la edad que tenía, podía expresarse bien y de una manera fría, como si no le importara lo que el psiquiatra opinará, para ella, estas sesiones solo eran una manera de contar las cosas fantásticas que le sucedían. Esta vez no había preguntas del doctor, ahí terminaba la conversación, pero anexado a ese archivo se encontraba el reporte. Hablaba de que Dora se sentía a gusto con su nueva aparición, que lo trataba como un pariente cercano y que día a día convivía con ella, también mencionaba que la mirada del felino era bastante pesada, ella lo describía como si le absorbiera la energía, decía que casi siempre le dolía la cabeza y siempre le provocaba tener mucha hambre. Adrián no sabía cómo acceder a ella o como parar esa locura eminente de su paciente, pensaba que ya la había radicado con las dosis de pastilla que le recetó, pero se dio cuenta que no era como él pensaba, esta vez ocupó métodos pocos ortodoxos para sanarla, después de dos meses el gato desapareció.

Esta vez Dora se sintió bien, no cayó en depresión como el anterior suceso, el psiquiatra pensó que ya estaba curada o más bien, que ya no volvería a tener eses arranques de locura y visión, más que nada, tenía miedo de no poder con esa chica y fue desde ese momento que dejó de atenderla, él la había dado de alta, y desde ahí no se volvieron a ver. Lo más extraño fue lo que me contó Pacheco, puesto que el doctor al igual que la psicóloga había desaparecido, sin dejar rastro alguno.

Los documentos de aquella caja se habían acabado, así como también se había terminado el café, Pacheco esta vez saco de su chaqueta un frasco con licor, me dio un trago y luego él bebió lo demás, sentí como aquel liquido recorría mi garganta y la quemaba a su paso, pensé que ya el caso de Dora hasta ahí había terminado, hasta que Pacheco se levantó de la mesa y me dijo que a partir de ahí la historia me la contaba él.

Me explico que él tomó el caso dos años después de Adrián, que la chica fue a su consultorio sin haber recibido una cita antes o sin haber sido recomendado, me platicó que en aquella ocasión que vio a la chica se quedó sin palabra alguna, su primera y última sesión con ella la grabó sin duda, comentó que sentía un presentimiento, una necesidad de grabar el encuentro con su paciente. Me dijo que, desde aquella vez, Dora había desaparecido y que ya nunca nadie supo más de ella. Sacó una cámara de vídeo de su maleta y me la proporciono, le dio play a la cinta y entonces ahí se encontraba Dora.

En aquella grabación ya la chica se veía igual a la de la foto, solo que esta vez pude observar algo más en el vídeo, se notaba un aura oscura rodear su contorno corporal, tenía la mirada fría y una sonrisa muy burlona, era una chica espléndidamente hermosa, pero al mismo tiempo, resultaba ser una eminencia macabra.  Al pronunciar hola soy Dora, sentí como su voz se quebraba, como su voz era de muerte, ella había perdido esa ilusión de vivir y entonces miré la cinta con determinado cuidado y en ello escuché lo siguiente.

El esqueleto apareció a los dos años después de que el gato se fue sin dejar rastro, él se apareció un viernes antes de la media noche. Su aparición fue rara porque esa noche yo ya estaba durmiendo y en un repentino momento sentí su huesuda y fría mano tocar mi hombro.

 Esa primera noche no me dijo nada, yo pensé que estaba soñando cuando lo vi, ya que estábamos de frente, sólo observándonos. Sí, me dio algo de miedo como todos al principio, era raro ver a un esqueleto moverse sin tener tejidos, ni órganos, ni nada que le diera vida, solo huesos, sencillos e importantes huesos.

Se aparecía todos los días, excepto los jueves.  Era muy raro verlo esos días, y siempre hacia lo mismo, llegaba, se acostaba y me abrazaba para dormir. Al inicio quería gritar porque me sentía aterrada, realmente abría mi boca, pero no salía mi voz, y después de tantos abrazos, me sentí protegida.

Siempre salía del ventanal que daba hacia el jardín.

Ahí se cortaba la grabación, me había quedado sin palabras ante tal relato, estaba dispuesto a entregar la cámara cuando vi la cara de mi amigo indicándome que siguiera viendo la cinta y fue en ese momento cuando de nuevo comenzó un vídeo. Esta vez se encontraba la chica sola frente al vídeo sin ningún testigo, su mirada era penetrante y oscura, su frialdad y la manera en que movía la cabeza de un lado a otro como si fuera desquiciada, entonces en ese momento se dejó de mover, se levantó de su silla, se acercó al lente de la cámara y la miró fijamente, se alejó un poco, sonrío y después dijo…

Yo soy la reencarnación, yo tuve mis tres caídas, yo no resucitaré, vengo de algún lugar olvidado, de un infierno que nadie recuerda, de una realidad no tan falsa como esta…

¡La bruja, la escoba y el diablo!

Después de aquellas palabras, ella se empezó a reír como una loca, se comenzó a arañar todo el cuerpo, la grabación de nuevo se cortó y de nuevo comienza y esta vez, se encuentra Dora sentada como si nada hubiese pasado frente a Pacheco hablando sobre su tratamiento y la cinta termina.

En ese instante me quedé totalmente perplejo por todo lo que había visto, la manera en que se transmitían las imágenes, miré a Jacobo y él sólo se perdió en la deriva, me explicó que él fue quien corto la cinta la primera vez, tuvo que salir al baño y cuando regreso es la secuencia de la última cinta, que la segunda cinta no la había descubierto hasta al día siguiente que revisaba el caso de Dora debido a que ella le había dejado claro que solo iba a confesarse, pero que no quería tratamiento alguno, que no había solución a la realidad.

 El día que revisó el caso, fue a buscar a Dora a la dirección que ella le había otorgado, al llegar a ese sitió no consiguió encontrar a la chica, todos en el vecindario juraban que ahí no vivía ni una Dora, buscó a los demás doctores, Adrián y Martha, y sucedió lo mismo, nadie los conocía, nadie sabía quiénes eran ellos realmente.

Terminando de explicar eso, me entrego todos los documentos, incluido la cámara de vídeo, y se despidió de mí, diciéndome que ya era muy tarde y que a la semana siguiente le dijera mi opinión referente al caso, que me daba el tiempo necesario para digerir toda la información, y esa noche fue la última vez que lo vi…

En este día tan oscuro, tan deprimente, ha llovido desde la madrugada cuando fui a buscar a Jacobo a su casa, y en esa casa él no se encontraba, me decían que ahí no existía ni un Jacobo, me sorprendí al principio, pero ya lo había deducido, a él también le había pasado lo mismo que a los demás especialistas…

Regresé a mi departamento y entonces comencé a escribir toda esta historia de manera reducida, quería que quedará plasmado de generación en generación, quería dejar una constancia sobre el caso de Dora y la manera en que la psicosis se transmitió, por un momento pensé que estaba loco, pero al tener todos los documentos resguardados me ha quedado la prueba de que si existió todo lo que viví aquella noche en la cafetería, ahora solo espero que desaparezca, que no queden recuerdos de mí, que me vaya hacía el destino que no me pertenecía y que me adapte a todo, esta vez me he quedado con la historia de una niña que sufrió desde chica y que partió a su felicidad…

Documento guardado el día 22 de mayo de 1994.

Aquella noche los documentos se convirtieron en cenizas y él en olvido. 





-Poeta Irracional. 


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