domingo, 31 de enero de 2016

A tu partida.

A tu partida.


Una noche fría de invierno, un café en la cocina, mi cama vacía, y entre sabanas la tristeza, el reproche, la soledad.

Camino en dirección al espejo, me miro directamente a los ojos y me pierdo en mi oscuridad, veo los recuerdos caer sobre mis hombros, el cansancio en los lustros, la esperanza en mis labios.

Pasa el tiempo y yo envejezco, las canas son la desgracia que experimenta mi aura, el odio me consume y el amor se fuga, me duele el pecho y busco el corazón, y me doy cuenta que estoy vacío, estoy incompleto, soy un ser inanimado, un muñeco, una quimera, soy peor que un humano, me sigo mirando al espejo y me veo muerto, me veo sin vida, el cigarro me ha consumido en la esquina, el alcohol ha destilado mi lengua, y pasa el tiempo y yo muero.

Muero desde su partida, desde la soledad entre sabanas, en lo último café, en el sorbo de la vida y en el abismo de la muerte…


Y es que duele tanto como el reflejo del implacable espejo, me matas, me asesinas con el tiempo. 

-Poeta Irracional. 



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