sábado, 16 de enero de 2016

Una charla...





Una charla.


Paso de un lado a otro, algo muy parecido a un duendecillo; duende con melodías de invierno y poesía de verano, duende loquillo como un unicornio aprendiendo a trotar.

Paso de un lado a otro pronunciando con su voz chillona:

“Neta,  te aburres bien rápido.”

Acompañado de aplausos y de un swing muy peculiar…

Ay duendecillo, duendecillo que me conoces lo suficiente y me ignoras lo necesario, vamos a dormir, comamos pan y leamos a la estrella fugaz.

Entonces…

“Eres impulsivo.”

Dijo la bola blanca que se encontraba pegada en el cielo. 



Todos los derechos reservados. Esta obra está protegida por las leyes de copyright y tratados internacionales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué te hizo experimentar el escrito?