Mar.
Entonces
me vuelvo a levantar sin saber absolutamente nada de ti, no has contestado ni
un mensaje, ni los contestarás, pero de todas maneras te daré los buenos días como de costumbre, y
entonces vuelvo a rectificar que no sabré nada de ti y que no te importa ni un
carajo mi sentir, pero dicen por ahí que la esperanza muere al último, no sé
qué debería creer, en caso de que sea cierto, entonces sabré que la esperanza
será eterna aún después de mi muerte.
Hace
algunos siglos mientras escribía esto, fui al mar, y realmente me encantó, fue
como estar en Mar, sin darte cuenta,
sin permisos ni restricciones.
¿Te has preguntado porque te reduje el
nombre a algo tan natural?
Posiblemente
has pensado que solo soy una persona floja que le cuesta decir Mariana, pero luego escuché que te
decían Mary, pero para mí aún seguía
siendo largo, así que de cierta forma tienes razón, soy una persona floja que
te quiso llamar de una manera especial, Mar.
Esta explicación es la única que valdrá la pena y puede que sea la única
verdad, no te platicaré del día, ni del clima, ni de los pensares, ni nada de
ese índole, esta ocasión solo hablaremos de ti, miraremos con mis ojos a
aquella persona especial, y espero, realmente espero que no sean tan malos los
lustros.
El
mar, la mar, realmente no hay un género que lo defina ¿no crees?, pero Mar está
bien definido, está en todas partes, y está tanto en mi vida como en mi muerte.
Es tan complicado escribir en la playa, el
viento golpea tanto mi cuerpo como las hojas de este cuaderno, el calor es
incandescente y se nota que se oculta como tus sentimientos, y yo me oculto de
bajo de una palapa, el sudor me escurre por la cara como aquel cuento de Solo Veracruz es bello, y entonces entre
la nada y el todo que me rodea, volteo a ver el mar y es como si observara tus
hermosos ojos, y es ahí cuando los silfos,
las ondinas, los duendes y las salamandras conspiran para que no seas solo una micro-novela, sino
más bien seas poesía.
Mar.
Hace tiempo que te conocí sin saberlo,
apareciste allá en lo profundo cuándo era niño, y marcaste con un color rojo
este hilo que cuelga de mi meñique a tu meñique, fuimos almas gemelas en otra
vida, en otra circunstancia, en otro tiempo, en otra era, en otra muerte, y
fuimos absolutamente irrompibles.
¿Qué nos sucedió?
Se deterioró el sol, la luna y todos los
astros. Pero ahí estabas tú, tan prófuga de la tierra, tan misteriosa como el
mar, escondida entre las olas, entre aquel efecto sonoro cuándo chocan, y ahí
estabas oculta en el silbido del viento, y prendiste la
llama que nunca me abandonaría, pero hasta yo cometí errores de creencias.
Y te observaba día a día, te veía
lentamente como se mira la naturaleza, y estaba completamente loco, bueno, loco
siempre he estado. Pero Mar, eres tan mar de pies a cabeza, de horizonte a
horizonte, de polo a polo, estas tranquila y serena como si fuera agosto, y a
veces tan desesperada y molesta como abril o diciembre.
Pero ni tu ni yo sabíamos que mayo nos
había unido, ni que julio nos había fortalecido, y es que eres el agua que
purifica mi alma, el fuego que calienta mi cuerpo, el viento que limpia el
corazón, la tierra que me abraza cuando no estas ausente. Y es que eres mar de día como de noche, miedo
impredecible a lo desconocido, temor de naturaleza, y es que no los conozco,
pero me aterran los oscuros secretos que guardan, perplejidad para el alma,
para el cuerpo, para la ausencia.
Mariana, Mar, hoy estoy aquí y tu allá,
pero mañana ya estaré allá ¿pero tú?, no lo sabré, porque el mar no se toma, ni
se conquista, ni se tiene, ni se ruega, ni se gobierna, ni se ata, y eso eres
tú, Mar libre que va de océano a océano, de mar en mar, de costa a costa, y es
que eso eres tú, una ninfa sin igual, una chica, una mujer, poesía, novela,
pero sobre todo eres vida dentro de la mía…
Mariana, Mary, Mar… Eres un miedo más que
yo.
Después
de haber escrito el poema me metí al mar, el miedo me gobernó, estaba dentro de algo desconocido,
de algo misterioso, el miedo me abrumaba como lo haces tú, y entonces un Dios
del mar me hizo abrir los ojos y pude identificar varios factores de los cuales
no me había percatado.
El
mar y mi Mar es uno mismo, y es que mientras uno nada, es como estar en los
pensamientos de ella, el agua tiene vida al igual que tus ideas, fue así como
llegué a sentir que viajaba sobre tus fluidos cerebrales, pero la corriente no
me permitía avanzar, era como tu necedad testaruda, y fue así como las olas me
arrastraban hacia la orilla y terminaba raspado por la arena, y recordé las
palabras de una gitana que hace tiempo había conocido, un amor gitano escondido
en amistad.
Nunca vayas en contra de la corriente, el
destino tiene solo un flujo y si te opones a él, terminarás peor que antes del
hoy.
Y
fue así como me introduje de nuevo al mar, y fue ahí cuando supe que era mejor
ir a tu corriente, a tu ritmo, a tu tiempo, a lado tuyo, a lado mío, con
tranquilidad y paciencia posiblemente lo lograría, al menos cuándo me
tranquilicé en el mar, me sentí uno con él, yo era el mar y el mar era yo, yo
quiero ser Mar y que Mar sea yo. Para ser uno en una misma dirección, hacia una
amistad especial y así poder crecer, crecer, y seguir creciendo, porque para
ello nos conocimos, para conquistar ideas, pensamientos, para conquistar la
felicidad que nos pertenece y que nos espera ahí a lado de la banqueta.
El tiempo lo decidirá todo…
Quisiera
acostumbrarme a esa frase y creérmela, pero es mejor ir a favor de un corriente
que tratar de llevar la contraria. Trato de imaginar en estos momentos tu
rostro, quizás sea de espanto, quizás estés sonriendo, no lo sé, pero estoy
seguro que me estas juzgando, pero ni modo, es mejor lanzarme al vació y morir
en el intento o volar, a estar ahí al filo del barranco observando que puede
pasar. ¿Te lanzarás?, así podríamos
morir los dos o los dos volar.
Al
haber terminado mi escrito en la playa, volteé y entonces el sol me deslumbró,
observé el mar y le dije un hasta pronto, como aquel hasta pronto que aquel último día nos dimos, solo que sé que el mar
me esperará y tú, bueno, Mar es más complicado que la naturaleza.
Mar,
es cierto, haz acabo conmigo, mira, eres como un tsunami, llegaste a la bahía
de mi sentimiento y sin pensarlo dos veces me derrumbaste, me quitaste del
camino, me tiraste a un lado, hiciste añicos mi ego y el orgullo, y me
limpiaste tanto el panorama que descubrí, la hermosura de una ilusión, lo
terrible que puede ser la realidad pero sobre todo, la incertidumbre en los
días, la añoranza de verte mañana o pasado, o dentro de un siglo, los celos que
carcomen los pensamientos, recuerdo que una vez me dijiste que los celos eran
una manera bonita para expresar el amor, de cierta manera no estoy a favor,
pero de solo pensar que tu corazón le puede pertenecer a otro, me enfermo, me
pongo un
poco celoso o un mucho celoso, es algo que nunca he comprendido, nunca me había
pasado, al menos no después de haberme engendrado con la espiritualidad, y es
que tú hasta mi espíritu te robaste, lo profanaste y ahora aquí me tienes como
un loco sin causa escribiendo cosas a su amada.
¿Qué si tengo celos?
Posiblemente,
no lo sé, pero es que nunca antes había sentido algo tan mágico como esto, y no
me refiero a los celos sino al amor, al sentimiento que surgió dentro de mí
aquel día que me fue grato conocerte, y es que nunca antes me habían construido
y destrozado, nunca antes me habían hecho percatar sobre la vida, pero tu llegaste Mar, tanto de día como de
noche, tanto de marea alta como de marea baja, entonces uno se da cuenta que
también el impacto afecta algunos puntos inertes, aquellos puntos que nadie
había visto, hasta que llega alguien desconocido y ¡pum! Te da en la debilidad que desconocías, me hice vulnerable
ante ti, me tragaste en tus misterios, me enseñaste los miedos que agobian el
alma, y entonces la persona equivocada comienza a escribir sobre el Mar, y
habla de ella como si la conociera, pero no conoce nada, solo siente, solo
manifiesta las verdaderas emociones, y te percatas que las dejas ir, que se
abrigó en la esperanza olvidada, que ya no tienes retorno y tú no hiciste
absolutamente nada para impedirlo, ¿por
qué deberías de impedirlo?, sí, solo veías y observabas como se destrozaba,
como le dabas una muerte sin resurrección, lo llenabas de atributos que él no
merecía, pero ¿de qué se queja?, después de todo y ante todo, la vida siempre será injusta.
Mataré el amor sincero de una persona.
¡Claro!, ¿cómo si se
encontrara un amor sincero en toda la vida?, y ¡pum! Decidiste borrarle de la faz de la tierra, bueno, de tu
tierra, porque no es lo mismo un todo que un nada, ¿me entiendes?, yo a veces ni sé que ando escribiendo, y pues mi
tierra la tienes conquistada, ¿por qué
hablamos de tierra?, regresaré al tema anterior y ¡sabes!, sí, tengo celos de no poder lograr ser tu amigo, tu mejor
amigo, o algo que vaya más allá de mis expectativas en contra de las
realidades, y de nuevo me nacen los celos, ¿sabes?,
no son bonitos. Porque los celos te comen el alma como si fueran bastantes
hormigas, esas hormigas creadas desde mis sombras, te pican aquí después por
allá, y así poco a poco hasta acabar con tu sensatez, con tu control, con tu
perfección, ¿te das cuenta Mar?, todo
tiene sentido, eres tan mar que nunca te secarás, que nunca podré olvidarte,
que nunca podré decir de nuevo nunca, y es que Mar, eres más que solo océano,
eres infinito, pues eres un ser que no fue creado y no puede ser destruido, un
ser que solo se transformó en letras, en una micro-novela, en poesía, en esperanza,
en vida eterna como un Dios o como una Diosa, entonces me tendrás que decir con
tu voz de sirena, con tu voz de ninfa, con tu voz de hada, con tus ojos de sol,
de luna y de estrellas, con tu cabello de ángel que forman cascadas naturales
por tu espalda, y entonces me tendrás que decir que en realidad no me quieres en
tu vida, deberías de matarme para siempre y así no volvería a buscarte, pero me
tienes en duda, me tienes en un sortilegio que se aferra de cierta manera a lo
imposible, di que no te importa nada de lo que eres para mí, pero dímelo de
manera sincera, que sea tu decisión, no de tu familia, no de tus amigos, no de
tus conocidos ni de los desconocidos, que sean realmente las palabras salidas
de tu corazón, no de tu cerebro ni de tu sensatez, que sean del sentimiento,
quiero que el odio o el amor, el rencor o la felicidad, la alegría o la tristeza
me destrocen el corazón, porque quiero que un sentimiento puro me parta en mil
pedazos como si fuese un relámpago. Y te lo digo, porque alguna vez me dijiste.
No quería romperte el corazón.
Y
ahí comprendí que aquellas palabras, no eran completamente tuyas, alguien se
había apoderado de tus ideas y de tus principios, alguien había implementado en
ti un mecanismo de reacción. No eran palabras de Mar, aquellas letras fueron de
una impostora que solo quiso romper la ilusión pero fracaso, y las palabras
sinceras que quiero escuchar saldrán cuando termines de leer todo esto, comprenderás
que el corazón habla de manera diferente, más sincera y más directa y más
cruel, entenderás que el corazón cuando escucha transciende y manda señales de
vida, de miedo y señales de algo que llamamos amor.
Es
por ello que los escritores no escogemos a la musa, la musa escoge
adecuadamente a su escritor, y tú me has escogido a mí, pero puedes negarlo, levantar
un tribunal y juzgar que estoy loco, ¡claro
que lo estoy!, y entonces cuando entiendas con el alma lo que he escrito,
entonces para aquel momento posiblemente yo ya no estaré en tu camino, o
posiblemente sí estaré esperando, pero no lo sé porque el tiempo es inexacto,
pues recuerda que un día puede ser un año o un instante, y un segundo puede ser
una eterna duda como esta semana, entonces dudo que pueda durar una eternidad
esperándote, en sí, cuando entiendas la esencia de Mar entonces comprenderás
que el amor no siempre se forja con el tiempo, deberás entender que a veces las
personas se conocen sin conocerse y entonces que el amor a primera vista ni
siquiera existe, que más bien es amor a primera palabra, pues aquel 11 de Julio
del año que pasó, que viene, o en el que estoy, aquel día todo se comprobó,
pues eran los corazones quienes se hablaban, quienes se entendían, quienes
conspiraban para una nueva adaptación, porque eran libres y justos, pero cuando
los corazones no se hablan, entonces ocurren catástrofes como el último día que
nos vimos, donde la sensatez y el pensamiento racional ocupan un lugar en el
lenguaje, eso se lo puedes dejar a científicos o a personas que no amen el
momento o el instante, pero nosotros somos personas sentimentalmente
emocionales, debemos siempre hablar con el corazón. Y de nuevo recuerdo cuándo
tomamos café, aquel día cuando de nuevo los corazones se hablaron, aquel día
que ocurrió todo de manera impulsiva, miradas prófugas, tomados de mano sin que
Dios nos viera, las palabras directas al corazón, las indirectas de dos
almas que querían ser una en el mismo camino, todo ocurrió de manera
inesperada, y eso era simplemente el amor, esa era la unión que teníamos sin
haber tenido tiempo para conocernos, y entonces…
¿Te da miedo la velocidad?
Debería
darte miedo de pensar tan racionalmente, las personas que apenas conociste y
que te hacen sentir muchas sensaciones deberías tenerlas a tu lado, no
alejarte, no irte, porque los mejores momentos de la vida ocurren a lado de
personas que aman la vida y la muerte, porque la vida y la muerte son dos
fieles amantes que no pueden vivir separadas, siempre van juntas a todos los
lugares, sin vida no hay muerte, sin muerte no puede haber vida.
Bueno,
esta noche te mandaré la canción Arena y
sal – Supersubmarina, comprenderás, claro si la escuchas, que esa canción
es apta para la ocasión, creo que al final aunque no quería aceptarlo, aunque
mi orgullo en un principio se aferró a no aceptarte por la edad, ahora, sí,
ahora me doy cuenta que realmente me gustaste, que realmente me impactaste
tanto que una pluma termino derrumbando una estructura que creía formidable.
Esta vez moriré ahogado en Mar y quizás unos días después pueda resucitar, o
quizás unos días después de verdad haya desaparecido en la profundidad de sus
sentimientos… ¿Me salvarás?
Entonces
cantaré el coro de la canción con lágrimas y felicidad en mi rostro…
Ríos que van a parar siempre al Mar
volverán, somos igual no te quiero volver a perder, solo quiero estar dónde tú
estés…
Creo
que nos unirá el destino de nuevo, creo que siempre tengo razón pero
posiblemente esta sea una de mis primeras equivocaciones, entonces lanzaré una
moneda, si sale águila, volaremos por los aires cada quien por su camino, si
sale sol, entonces nos alumbrará el camino para poder estar juntos de nuevo
como aquellos días.
Lancé
la moneda y vi como el viento conspiraba para la mejor respuesta, para el mejor
juego de azar que hace tiempo no jugaba, entonces el destino, Dios, Satán, la
vida y la muerte se mezclaron para dar la respuesta a una incógnita sin
pregunta… Cayó…
Sol
No
podrás negar la emoción al terminar de leer esto, pero…
¿Sonríes?
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