domingo, 2 de octubre de 2016

Mar, capitulo 8: Hace una semana.

Hace una semana.


Hace una semana que ya no hablamos, hace una semana que eminentemente nos peleamos. ¿Lo recuerdas?, quizás para ti basta menos de una semana para olvidar, para decirme adiós, para votarme al primer bote que encuentres, me hiciste bolita y al primer tambo que encontraste en tu camino me tiraste, fui a dar contra aquel recipiente, pero tienes una muy mala y pésima puntería puesto que pegué en el borde, me desdoblé, realicé papiroflexia como la que enseñas y ¡cabum! Me había convertido en mi otro animal favorito, era un ¡dragón! Volaba por lo alto más allá del cielo, buscaba y buscaba, hasta que encontré el castillo de la princesa Mar, la busqué durante una semana y durante ese tiempo comprendí muchas cosas, fui de Norte a Sur, y de Este a Oeste, entonces te podría decir muchas cosas que logré ver, y cierto, este día será el último de mi vacío, este día es el último de la temática, solo una semana para hablar de ti y de mí, solo una semana bastó para demostrarte mis pensamientos, mis ideas corrompidas por el sentimiento, para demostrar que el sentir es más sincero y más fuerte que la esperanza que día a día pierdo…

¿Te estarás riendo? ¿Estarás llorando? ¿Estarás triste? ¿Estarás enojada?

Y voy directo al grano, aunque el grano sea pequeño y muy poca gente logre verlo, una semana sin hablar después de aquella emocionante discusión, pero entonces… ¿Qué esperabas?

Posiblemente estaré esperando la muerte como la mayoría de esa gente común que nos rodea, pero yo no lo tengo miedo a algo tan banal, le tengo miedo a enamorarme, miedo tanto de ti y de mí, ¿pero de qué sirve el miedo?, si tan solo fuera débil no estaría escribiendo algo en este momento, no estaría pensando en ti, hubiese ido a llorar a una esquina, me hubiese ido a la soledad corrompida, me hubiese ido a lamentarme al mar, al alcohol, a algún sitió que frecuentan aquellos escritores con el corazón roto, pero no puedo, fui valiente en mis momentos y seguiré siendo valiente cuando se me presente una oportunidad, porque para eso es la vida, para la gente que día a día lucha por sus metas, por sus ilusiones, por sus sueños, por su sentimiento, y yo quiero pensar que tú quieres ser valiente como yo lo he sido, pues una semana sin hablarnos representa una gran osadía para los corazón esclavos de una cárcel abierta, viendo y dándome cuenta de que el orgullo y la necedad son parte de tu gobierno, pero entonces… ¿Qué sientes?

Y sigo siendo valiente, te he mandado otro mensaje de Buenos días sabiendo que jamás volverás…

Recuerdo a Mar, era una chica ideal.

En este momento voy en la camioneta escuchando Poli – Zoe, entonces voy pensando que eres mi chica ideal, bueno, más que ideal, eres mi chica real, mi chica única, mi chica que nunca será mi chica, sino la chica real, la chica ideal, la chica única. Y es que eres tan real como este escrito, como está micro-novela, como este sentimiento, ¿ya te aburriste de leer? Todas las personas en algún punto de su vida se aburren, es triste, porque la mayoría de esa gente termina siendo tan monótona y tan sin vida, que ya no tienen salvación alguna, pero sé que eso a ti no te pasaría, eres de cierta forma alguien con una afinidad singular a la mía, somos como el viento y el agua, somos la combinación perfecta para causar grandes tragedias y grandes experiencias.

En tu planeta me quedé…

Love – Zoe, este grupo está lanzando pedradas a mi vida, a mi corazón, a mi alma, me quiere exterminar, me quiere borrar de las líneas, ¿qué si me duele?, la verdad creo que la gente comete muchas equivocaciones al pensar que el amor lástima, porque es algo falso, realmente el sentimiento del amor es maravilloso, siento que se puede transmitir de persona a persona, y no importa si es correspondido o no, simplemente importa el hecho de que uno se sienta plenamente afinado a la maravillosa emoción que nos gobierna. Y es así como voy recordando día a día como pasaron las cosas, ¿hace una semana me rompiste el corazón?, no fue así, lo que realmente rompiste aquel día fue mi cabeza, no ves, ahora están saliendo palabras y pensamientos como si fuera una cascada, y esas palabras se van uniendo poco a poco, se van acoplando a su manera y a su tiempo, entonces llega un momento en el cual se acercan y me dicen…

¡Jodido poeta de pacotilla, escribe ahora, pero ya, en este momento toma una chingada pluma y una chingada hoja, y escribe, pero escribe de verdad, lo que piensas, lo que sientes, escribe sin precaución alguna, escribe con el afán de matar, con el afán de clavar una estaca al corazón y una bala a la cabeza, porque si hay algo más doloroso que el dichoso amor, entonces sería perderse en el universo de uno mismo!

Y entonces en aquel momento tomé la libreta y empecé a escribir esta historia de amor en la cabeza de un loco escritor. Hace una semana comenzó la irracionalidad en mí.

¿Recuerdas qué pasó en aquella ocasión?

Esta bastante claro que pasaron miles de cosas, algunos segundos, algunas galaxias, algunos universos… Comenzaré a contar la historia de hace una semana, pero entonces ¡pum!  Comienza la canción Arrullo de estrellas – Zoe, ahora parecerá que le quiero hacer propaganda, pero es que sus canciones, sus letras me llegan a influir en este preciso momento.

¿Qué tengo?

Quiero creer que es nostalgia, ya sabes, a veces me idealizo cosas que nunca sucederán, es lo malo de idealizar algo, puesto que uno se olvida de las cosas reales, y tú no eres un ideal, eres una realidad. Entonces me surge una pregunta más.

¿Es bonito ser escritor?

Quizás, la verdad no es del todo bonito, bueno a mí me encanta, pero con el tiempo vas viendo las cosas de diferente manera… Te lo digo desde el alma, con el corazón abierto, lo siento, esa canción me está interrumpiendo las ideas. ¡Ah!, cierto, recuerdo, ser escritor es vivir sin piel, es decir; tomar la vida desolladamente, hacer único el sentimiento, no tener escudos ni armadura, no tener con qué defenderse, simplemente es agarrar al toro por los cuernos y dejar que nos lleve, que nos tire, que nos ataque, que nos abrace, y entonces hacer único el amor, la amistad, la felicidad, el odio, la ira, la tristeza, la melancolía, es realmente vivir al límite de nuestra alma, es sangrar inspiración y tomar todo como algo bueno, como algo que deja huella, como algo que deja letras, eso es ser escritor, vivir, avanzar, y cada día hacerte más humano y cada día morir un poco más. Un escritor tiene miedo de los demonios que tiene la gente, pero los ama, porque no hay otra forma u otra manera de demostrar que somos tan humanos como Satán o como Jesús.

Y yo por ejemplo puedo ser un Satán que se peleó con Lilit o un Jesús que se peleó con Eva, no lo sé. Pero hace una semana pasó todo eso. ¿Recuerdas cuál fue el motivo de la discusión? Siendo sincero, yo nunca me enteré cuál fue el detonante.

Empiezo a redactar poco a poco y las palabras salen, los recuerdos llegan como pequeñas visiones y se forma la escena, tu mamá conspiró para que nos pudiésemos despedir, pero después se arrepintió cuando vio que todo terminó muy mal. Todo comenzó cuando tu madre me mandó a acompañarlos por aquellas palomitas y películas, ese día te encontré en el puesto de entretenimiento barato, y ahí estabas tan distante, tan fría, tan sin palabras, tu excusa fue.

Tengo sueño.

Entre tanto hielo y polos nortes o sures, comenzamos a hablar, a derretir los grandes casquetes de hielo, aquel día tuve el atrevimiento de tomarte por la cintura e invitarte a bailar, creo que sonaba música de La sonora santanera, no lo puedo asegurar porque no reconozco mucho su música, pero entonces cuándo te toqué tú inmediatamente sonreíste y me dijiste.

No hay música.

Y aquel día no comprendiste que el baile no era con música, sino más bien un baile subversivo,  quería que danzáramos al ritmo de la vida, al canto de la muerte, a la esperanza que nos otorgaba el destino a dejarnos un instante solos.

¿Qué sucedió después?

Volvieron a suceder bastantes cosas, por ejemplo: tu hermano cuestionó.

Platica algo, ¿qué haces cuándo llegas a Veracruz?

Yo le dije que le contaría una historia interesante y fue ahí cuando la locura surgió.

Cuando llego, bajo de la camioneta, saco mi espada y comienzo a luchar contra dragones.

Yo hablaba del dragón que el sol representaba para mí, es obvio que no entendían mi locura y me enteré cuando tú contestaste.

Sí, una espada de papel.

Comenzamos a reír entre todos, fue un comentario muy inocente pero en el momento  preciso, de ahí lo asimilé con Hora de aventura y ¡zas!, realicé el grito de guerra.

¿Por qué no me entenderás del todo?

Quizás sea porque no me conoces, o quizás piensas que soy tan normal como la gente, la verdad no logro entender u entenderte, aunque tú tampoco logras entenderme, nos hace falta conocernos más. ¿Qué esperamos?

Aquel día seguimos caminando entre varias calles, consiguiendo las películas y los granos específicos de maíz que tú mamá quería, pero nunca encontramos de ese maíz que deseaba. Encontramos en una tienda maíz de granel, pero tanto tú como tu hermano estaban en duda sin comprarlos o no, y recordé entonces que el día del café te di el consejo de la moneda y las decisiones bivalentes. Así que eso se me ocurrió en ese momento.

¿Tienen una moneda?

Tú me la aportaste con esa sonrisa de media luna. Yo quería que tú la lanzaras pero me dijiste claramente que no eras buena para eso, ahí supe que eres de esas personas que no tienen solo dos decisiones en su vida, sino más, esas personas que se saturan de tanta información que al final no saben qué hacer, de esas personas necias y tercas que quieren que todo el universo sea a su gusto.
Vale, si cae sol las compramos, de lo contrario nos vamos sin nada.

Lancé la moneda y ¡pum! Cayó sol, compramos las palomitas. ¿Por qué tomo decisiones con una moneda?, es sencillo, para mí la vida es un juego de azar que se transmite en dos decisiones, ambas decisiones son opuestas y se encuentran en caminos diferentes, entonces a eso se reduce la vida, a una apuesta hacia el águila o hacia el sol, no hay más ni menos, en la moneda influye el destino que te depara. Vida o muerte, sí o no, izquierda o derecha, bueno o malo.  

Después de todo lo que sé compró, parecía burro, tenía las palomitas, las películas, tu sweater que por cierto picaba bastante esa tela, no sé cómo eres capaz de ponértelo, y por cierto tenía ese olor a ti, esa fragancia que te caracteriza, ¿no sabes?, creo que nunca lo mencioné, pero tengo la capacidad de oler las auras de cada ser y así identificarlos. La tuya tiene un olor en especial que no me puedo desprender. No es olor ni a rosas, ni a mañana, ni a luna, no es un olor tan sencillo como tal, posiblemente hueles a arena y sal, hueles al abrumador Mar.  ¿Por qué cargué todas las cosas? Sencillo, no quería que las cargaras tú, solo quería que hicieras el mínimo esfuerzo, que no te cansarás, ¿te das cuenta hasta dónde llegó mi estupidez por ti?, pero quieras o no, es gracioso. 

Realmente tu sweater me atacaba, me picaba, me decía a escondidas no vayas a su casa, y fui ahí cuando me di cuenta que no eres la única terca y necia, quizás nos parecemos más de lo que logro imaginar, aquel día fui a tu casa porque tu hermano me había invitado y a mí se me hizo fácil aceptar, es cierto, tú querías despedirte en aquella esquina pero yo no lo permití y quizás ese fue la causa de esta ruptura sin andar.

Llegamos a tu casa, tu mamá me saludó y le devolví el saludo, entonces el tiempo paso y tú te fuiste a sentar, me ignoraste, cruzaste tus piernas como habitualmente lo haces, con esa elegancia que te distingue, veía en tus ojos las palabras, vete, vete, vete, querías en ese preciso momento que me largara de tu vida, de tu muerte, de tu lado. Entonces me llené de osadía y fui a despedirme de ti, pero cuando te acercaste para darme un beso en la mejilla, me alejé, tomé una silla que estaba a tu lado y me senté. Era una guerra entre tu frialdad y mi necedad, pero como todas las guerras, esta también terminó mal. ¡Cierto! Aquella vez pude haberte robado un beso, pero mi prudencia pudo más que mi insensatez, creo que aún estaba en mis últimos momentos de cordura, quizás fue bueno que me hayas dejado de hablar. ¿No lo crees de esa manera?

Comenzamos a hablar y ¡pum!, soltaste todo directamente como ahora yo lo hago en este escrito, me decías que te espantaban la rapidez con la cual sucedían las cosas, que en menos de quince días ya habían pasado bastantes hechos locos, que era muy pronto para sembrar la semilla de un sentimiento, aquel día fríamente y sin miedo mencionaste.

Tú esperas algo más.

Y ahora te diré; la verdad no me ando esperando cosas, ni sucesos, ni acontecimientos, solo vivo al margen, al límite, porque no soy un chico de planes, soy una persona del presente, del ahora, del instante, de lo momentáneo, así que de un día para otro puedo escribir, de un día para otro puedo irme, de un día para otro puedo cambiar de idea, así como ayer escribí Hadys y la esencia de la vida, hoy escribo Mar, y mañana escribiré algo más, algo que no tengo planeado,  porque soy igual a la moneda, a veces puedo caer cruz y en otras más puedo caer cara, y de nosotros no esperaba nada, absolutamente no espero nada, simplemente quería sembrar la semilla del sentimiento, y entonces una semilla como todas puede que de frutos o puede que no. Uno no puede darse el lujo de hacer planes cuando la vida misma te los hace picadillo y te los da de comer al siguiente día cuando han desaparecido de tu pensamiento.

Inclusive vi arrepentimiento en tus ojos…

No quería romperte de esa forma el corazón.

Tuve que cambiar de música, tanta letra cursi a veces no va conmigo, y entonces puse a Joaquín, mi tocayo Sabina. Y él me dijo sin titubear.

Toma mi dirección, cuándo te hartes de amores baratos de un rato me llamas.

A la orilla de la chimenea – Joaquín Sabina, y entonces aquí estaré siempre y no, no me rompiste el corazón, aún bombeo sangre, aún sigo vivo, no me sucedió nada parecido al protagonista de La mecánica del corazón, cuándo no soportes a la sociedad aquí estaré, con la misma dirección, con el mismo número, con la misma aura que me distingue. Sin embargo te contesté.

Si me rompes el corazón, entonces aquellos cachitos que resten los sembraré para crear nuevas esperanzas.

Me levanté de aquella silla y me despedí primero de tu hermano y después de tu mamá, por cierto, tu madre es muy inteligente, rápidamente se dio cuenta que todo había terminado mal, no sé si lo vio en mi cara, o si lo llegó a notar en mis ojos, recuerda, los ojos son el reflejo del alma y aquel día mi alma ya no quería estar conmigo, se quería fugar a un cuerpo más resistente, a una persona más inteligente, quería no enamorarse y ¡pum! Eso sucedió. Tú mamá antes de irme me cuestionó.

¿Qué paso?

Le dije que le platicaría pero nunca se lo platiqué.

Regresé contigo, y tú al igual que yo, o yo al igual que tú, no sé quién se parece a quién, porque yo podré ser mayor en edad, pero tú eres mayor en alma, entonces no sé cómo las leyes del universo rigen  este comportamiento, lo único de lo que estoy seguro es que aquel día tenías los ojos tristes, y el entorno se llenó de nostalgia, tu aura tanto como la mía se adelgazaron, se hicieron chiquitas como si no quisieran existir, ¡que dolor! ¡Qué pasión!

No tuve otra opción que abrazarte muy fuerte, uno nunca sabe cuándo será el último día, y entonces ese fue el primer abrazo y quizás el último que recibía de ti, bueno, que recibías de mí porque tú no correspondiste, pero con esa acción sentiste un nueva emoción, un sentimiento muy desconocido pero que te llenó de cierta forma el alma, y fue cuando de nuevo un susurro de miedo te habló. Mis dudas surgieron y no quise quedarme con ellas.

¿Qué sientes cuando estás conmigo?

Sin duda alguna y con firmeza respondiste.

No lo sé, es neutral.

Querías engañarme, el no sé representa al amor, al sentimiento en duda, a la no aceptación de aquella maravillosa emoción, entonces seguí con las preguntas.

¿Me dejarás de hablar?

Contestaste con la misma frialdad.

No lo sé, tengo que pensarlo.

Te seguías manteniendo fuerte aunque por dentro te derrumbabas, eres fuerte, puesto que yo me derrumbaba ante tus ojos siendo una persona fuerte. Llegó la última cuestión…

¿Me quieres en tu vida o no?

Fue la misma pregunta con diferentes palabras, en las dos primeras te comportaste muy fría y fuerte ante la situación, pero siempre la tercera es la vencida para morir por siempre o es el comienzo de una resurrección. Esta vez respondiste ya un poco desbastada, tus ojos estaban al punto del colapso y esa frialdad se estaba derritiendo.

No te responderé en este momento.

Y entonces ha pasado una semana y no me has confirmado nada, yo sé lo que sientes por mí o me quiero imaginar cosas que sientas por mí, pero necesito tu respuesta, necesito las circunstancias que te engloban.

¿Qué sientes por mí?

Quizás algún día tengas la valentía de mandarme a la chingada o de aceptarme tal cual como soy, no lo sé, pero no pierdo la esperanza de que afrontarás la situación de la mejor manera. Pero ahí no se termina la historia, después de todo…

Vengo de un futuro no muy lejano.

Y tú respondiste rápidamente.

O de un pasado no muy cercano.

¡Claro!, estas palabras fueron antes de la pelea, y te das cuenta entonces que somos polos opuestos, piezas del rompecabezas que encajan naturalmente, pero nos estamos esforzando a no encajar, a no completar la base que necesitamos. ¿Sabes? En una semana pueden pasar infinidad de cosas, posiblemente mientras escribía, tú te enamoraste, o te olvidaste de mí, o quizás mi sospecha era cierta, no lo sé, pudieron pasar bastantes cosas para alejarte o para acercarte. Te escribiré más de una semana y entonces me doy cuenta de lo mucho que vales para mí y de lo poco que yo puedo ser para ti.

Es cierto, muchas historias de amor cómo esta terminan con finales muy felices, con juntos para siempre, con una eternidad de amor, pero esta novela es muy diferente a las demás que frecuentamos leer o que la gente lee, la gente tiene una perspectiva del amor como si fuese eterno y felices hasta la muerte, la verdad el amor es solo el sentimiento de querer a otra persona, el felices para siempre depende de la aptitud de la gente individual y mejor aun cuando son pareja, pero entonces ¿cómo terminara esta novela?, no lo sé, es lo mágico de escribir, nunca sé cómo terminará, nunca sé de qué tratará el siguiente capítulo, nunca sé cómo los personajes se desarrollarán, y es ahí cuando todo se vuelve tan sencillo, tan pleno, tan lineal que no hay complejidad a nada, escribiré lo siguiente.  

¿Cómo te gustaría terminar esta tragicomedia con drama de amor?

A mi punto de vista me agradaría que nunca terminara, me encantaría escribir de nosotros a futuro, de tener un pensamiento ideal, pero pues todo tiene que finalizar, y las cosas se terminan para dar un nuevo comienzo, pero yo no quiero que nuestra relación termine, claro, no sé qué somos ni qué tipo de relación tenemos, pero de algo estoy seguro, al menos no somos nada. Claro, podríamos ser un todo, pero ya todo depende de ti, deberías dejar de alejarte de mí, aceptar los sentimientos con valentía, pero sobre todo, aceptar la vida tal y cual es, es decir; si sientes algo, simplemente hazlo, porque así es la vida de sencilla, como esta novela, como escribir y como respirar.

Durante todo el viaje estuve escuchando a Joaquín Sabina, y entonces pasaron muchas canciones, pero hay una en especial que me hace reír tanto de mí como de toda la sociedad, se llama Más de 100 mentiras y es curioso, porque esa canción siempre me hace sonreír de manera inexplicable, claro, siempre ando sonriendo y de cierta forma ando feliz siempre, y es cuándo me doy cuenta que Las ventajas de ser invisible dio una frase muy popular y con bastante sabiduría, Algunos problemas son más grandes que otros, entonces este problema de amor ¿qué tan grande es?, una cuestión sin duda muy difícil, pero lo mejor para mí, es no hacer preguntas que no puedo contestar y simplemente volar con las tempestades que me de la vida. Al poco rato mi madre me preguntó.

¿Por qué siempre estas feliz?

Qué ironía, ¿no crees?,  digo, hay miles de motivos para ser feliz, pero ella no se da cuenta que tras una sonrisa o tras una falsa felicidad siempre se ocultan las mejores caras.  Entonces ¿cuántas caras has visto de mí?, de felicidad casi siempre, de emoción y de enamoramiento también, de enojo esa no, ¿sabes? Es muy raro que yo pueda enojarme, casi nadie logra sacarme de mis cabales, y triste, bueno, ya me viste triste aquel día, en el cual con tu frialdad quisiste matarme, pero yo sé que en el fondo aquella acción te dolía, solo tomaste el coraje para decir esas palabras, palabras que realmente no querías decir, solo lo hiciste para poder estar en tu zona de confort, fue un sacrificio muy grande y una osadía inmutable para luchar por tus sueños, y está bien…

¿Quieres qué te cuente algo curioso?

Toda la semana estuvo haciendo un calor de los mil demonios y otros que pueda inventar, y raramente el día de hoy ¡pum! Dios lanza una lluvia como si yo quisiera ser Noe, pero claro también pudo haberla mandado Tlaloc, no lo sé, allá entre dioses sabrán que aguas mandarán. Lo que me agrada de todo esto, es que la naturaleza sabe mi sentir, sabe mi emoción, y se compadece conmigo en la tristeza, también el cielo esta triste, también tú y también yo, y entonces entre susurros de animales Dios me habló.

Sería una lástima y una gran pérdida, si por lo menos no se vuelven amigos.

¡Exacto! No niego que lloraba mientras me mojaba, pero también al mismo tiempo bailaba, me encanta el baile, la pintura, la escritura, el amor y la muerte, me encanta la vida, me encanta que me encantes, me gusta esta ilusión que me a orillaste a tener, cierto, la vida es única, así como tú y así como yo, una semana con dolor y felicidad, una semana para olvidarte y recordarte al mismo tiempo, para vivirte, para morirte, una semana en la cual fuimos desconocidos y nos escondíamos, una semana con nuestros pensamientos mirando al horizonte, querías saber de mí como yo de ti, pero nunca hablamos, solamente queríamos, y todo se quedó en un quería. Y posiblemente ni la amistad llegará.

Querer es poder.

Y entonces ¡zas! No me hablaste porque no querías, por temor a la confusión, y ni lograré que me hables, vuelvo a repetir que eres necia y terca. Y lo peor es que quizás vaya a perder la amistad de tu madre, pues he notado el cambio de trato hacia mí, ¿sabes?, es lo bueno de sentir las energías fluir por el universo, uno se da cuenta de muchas cosas, de muchos cambios, de muchas transiciones, y entonces hay un ¡bum! En mi corazón, pues todo este sentimiento te pertenece, y no solo para darte un sentimiento sino también para protegerte, para ayudarte, para brindarte mi alma que al final de los finales te la llevaste, mi corazón tendré que hacerlo un juego de rompecabezas para que algún día tú te decidas armarlo, y mi vida, buena, mi vida más que pertenecerme la regalé, se la di a mar para el Mar.

Y es que duele mucho, tanto como esa canción que precisamente hoy te mandaré, como esta noche, como esta melancolía, y posiblemente ni escucharás la canción, pero lamentablemente ese ya no será mi asunto, y es que así debe de ser, las personas debemos realizar aquellas cosas que queremos, no por obligación, simplemente porque nos nace. Así que en metáforas y en sueños estaré esperando algunas palabras…

No te vayas…

Que no maten al gato…

Vamos a Dinamarca…

Y comienzo a mojar estas hojas con pequeñas lágrimas que me escurren, duele saber que en algún momento de nuestra vida queríamos estar juntos, y ahora, bueno ahora simplemente permitimos que todo se fuera allá donde los recuerdos y las tristezas se consuelan.

Espero que algún día descubras que el Mar puede llegar a ser océano, puede llegar más allá de las limitaciones, y entonces quizás, sí, de verdad quizás, ese día contemples la idea de venir a ser mi amiga.

Destrózame – Robles, una muy buena canción para terminar la temática que tenía hasta este momento, quizás mañana escriba diferente, quizás los personajes cambien de idea, de horizontes, no lo sé, ¿qué esperas?, un ser más sincero que mis letras, quizás nunca lograrás tenerlo.

Por favor destrózame completo el corazón y vuelve a repararlo…

Una buena frase de aquella canción, tú lo has destrozado o al menos eso crees, ¿lo repararías?, igual sé que no tendré contestación a las preguntas que te he hecho, al igual ignorarás como siempre mis mensajes y de cierta manera te arrinconé para que te alejaras… Creo que tú no sacrificaste nada, creo que yo fui el que terminó sacrificando todo, yo lo hice, o mi subconsciente lo hizo,  y ahora pienso que posiblemente tenías razón, la edad al final de cuentas aunque sea un número, si importa.

Ahora recuerdo los últimos momentos que estuve a tu lado…

Ese día cuando me corriste, me destrozaste completo el corazón, me cerraste la puerta en la cara, eso causo que el impacto sonoro rompiera mi alma, y mi corazón al romperse el alma no tuvo de quien sostenerse y quedo varado ahí en el piso, el viento sopló y se llevó la esencia a los jardines de la esperanza, tu mirada fue triste, fue desesperada, fuiste frágil, y entonces mi necedad se aferró a una falsa esperanza, a una ideología de personas locas, insensatas e irracionales como yo.

Y entonces aquella última palabra se perdió por culpa de una puerta que nos separaba, aquella palabra aún sigue en mi boca, aun se aferra a lo poco que queda de mí, aquellas letras terminaran este día, una lágrima se vuelve a derramar y aquella alma que se había ido vuelve al lugar que nunca existió.

Aquella frase perdida en aquel día, y encontrada en este presente fue…


Te quiero…

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