Un dolor
inevitable.
No había tenido un dolor tan grato en mi vida.
Había pasado noches enteras sin dormir, sin luna, sin amor, sin
insomnio, solo dolor, dolor, y más dolor.
Un derroche sangriento, una penitencia pagada contigo, por ti, por la
nada, y es que dueles tan profundo y tan punzante, y es que dueles, y nada
sacia el dolor, la ira, el enojo, la furia.
Me has enseñado la soledad, la falta de compañía, me has enseñado que
todo mata, que no soy eterno como la hierba mala que perdura, que es débil ante
ti, que he llorado manantiales y es que tanto dolor me hace amarte, masoquismo,
dulzura y perplejidad.
Dueles, sangras y lloras, y soy el sacrificio en la noche, en la comida,
en la mañana y en la cena.
He llegado de dormir y correr por ti, ¿qué más amor quieres?, dulce
dolor, perpetua agonía.
Quizás muero por ti, ya has llegado a mi cabeza y la esperanza se
disipa y todo se nubla, y todo acaba…
Jodido y bendito dolor de la pinche muela, has llegado a visitarme con
la muerte y me desamparo con el esmalte caído, con el nervio destruido, con la
vida destrozada.
-Poeta Irracional.
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