El
deseo del cuerpo.
Al principio me sentía muy feliz por haber
conocido al amor de mi vida, por haber experimentado tantas emociones en un
periodo determinando de tiempo, pero también al mismo tiempo me deprimía pues
no sabía ya nada de Karina, ni sabía si la vería otra vez. Sé me ocurrió la
idea de terminar todas las puertas de la manera más rápida posible, ya que así
había una posibilidad de que volviera a encontrarme con Karina, así que sin
pensarlo dos veces camine hacia la puerta que tenía el número II, aquella
puerta tenía una representación algo exótica, de hecho podría jurar que la
madera olía a una sustancia seductora pues de un momento para otro hizo que me
perdiera en la lujuria de mi pensamiento, pero tan rápido me di cuenta o tan
fresco estaba el amor en mí que no logré perderme como anteriormente lo había
hecho cuando salía con Joaquín, aparte de ese olor característico, la puerta
tenía una figura central en la madera, era una mujer con el pelo demasiado
largo y chino, debajo de una cascada completamente desnuda, su mirada era
seductora y caótica que transmitía más que solo una ilusión. Tomé la valentía
suficiente para agarrar la manija, pero cuando eso sucedió la puerta empezó a
formar unas letras sobre su superficie, las primeras palabras decían.
- - La
puerta de la lujuria.
Seguido de la frase:
- - Si
ya sabes que es el amor, entonces no lo confundas con un simple cuerpo.
La puerta dio un resplandor que hizo cegarme
completamente, cerré los ojos y cuando los volví a abrir ya no estaba en el
cuarto del silencio, esta vez me había transportado a otro mundo muy diferente
al del amor. Este mundo era totalmente más grande pero no se veía naturaleza,
solo había arena y una especie de música seductora, una especie de música que
podría manipular la estimulación de los seres, pero lo que más me sorprendió
fue que en aquel sitio, no solo había humanos, más bien también había ángeles y
hasta demonios. La primera idea que se me ocurrió fue preguntar cuáles eran las
pruebas, pero al poco tiempo me di cuenta que todos estaban en una especie de
seducción entre parejas, tríos, cuartetos y hasta orgias. Para donde fuera que
volteara, había seducción en aquel mundo, la gente pasaba a mi alrededor, todos
haciendo su acto lujurioso, mientras tanto no podía escuchar los gemidos o
gritos de placer de los seres, más bien no podía escuchar absolutamente nada,
solamente esa melodía que poco a poco inundaba mis oídos, tanta fue esa magia
que me distrajo y por momentos pude ver alcohol y cigarros en aquel lugar, los
mejores vicios de un poeta estaban plasmados en aquel mundo y yo aún no sabía
cómo salir, como pasar las pruebas…
Poco a poco la melodía contagio mi cerebro
que no pude diferenciar entre el placer de aquel lugar y el placer que Joaquín
me había presentado, este lugar no era tan diferente a los bares a los cuales
iba en busca de presa, no había diferencia entre los vicios que se
experimentaban y de pronto quería ser parte de una orgía hasta que mi
pensamiento lujurioso fue interrumpido. Mi atención fue robada por una bella
mujer, era alta y delgada, piel completamente güera, el pelo absolutamente
ondulado y rojizo como su cuerpo, estaba bien vestida, llevaba un vestido
ajustado a su cuerpo que descubría gran parte de su piel, era una mujer
cautivadora y demasiado sensual, tenía las piernas firmes, tenía los pechos
bien formados y no se movían de su lugar, sus nalgas eran exageradamente
atractivas y aunque no la conocía quería caer con ella en el juego de la
seducción, la melodía en mis oídos y la chica en mis ojos. Cada vez se acercaba
más a mí con su paso firme y sensual, caminaba viéndome a los ojos y sacando la
lengua de manera que saboreaba algo, cuando llego a mi lado, no dijo nada, me
tomo del hombro y poco a poco fue deslizado su mano hacia mis pectorales y
siguió bajando hasta mi cintura, en aquel momento algo hizo que frenara su
acción pues mi mano de alguna manera la había detenido, realmente no comprendía la acción pero tenía ganas de
estar con ella. Ella tomó mi mano, y se metió algunos dedos en su boca
simulando una morbosidad atractiva, tanta fue la magia de lujuria que
simplemente no pude resistir y estaba a punto de lanzarme
sobre ella y penetrar en su alma por medio del cuerpo, pero antes de lanzarme
un pensamiento me vino a la cabeza, más bien unas palabras retumbaron en mi
cuerpo…
- - Nos
volveremos a ver.
La voz de Karina la había recordado y aquello
hizo que frenará la acción que me iba a corromper, acto seguido la empujé y
solo permanecí a distancia de todos. Caminé en dirección opuesta de aquella
chica y permanecí alejado de los seres, pero aunque avanzara y avanzara no
podía lograr ver el fin de aquello, seguía caminando e incluso aceleraba el
paso desplazándome a una mayor velocidad, pero por más que corría seguía viendo
lujuria por todo el lugar, pero yo solo quería salir de esa puerta y pasar
todas las demás para poder ver a Karina, pero me había equivocado puesto que
las puertas eran difíciles de superar. Caminé por un determinando tiempo ignorando
completamente la melodía seductora, inclusive me perdí en mi propio pensamiento
cuando el padre Orlando una vez me explico algo sobre los siete pecados
capitales y lujuria era uno de ellos, este mundo representaba a lujuria en todo
su esplendor. Recuerdo que me dijo.
- - Hadys,
la lujuria es uno de los pecados capitales que la gente más comete, quién cae
en la tentación del cuerpo será incapaz de encontrar el verdadero amor,
porque la lujuria es solo alabar el cuerpo, desear el sexo pero solo eso y no
sentir nada. Mucha gente dice que la carne es débil, pero si la carne fuera
débil entonces no habrías nacido tú. El amor es fuerte Hadys, nunca lo
confundas con el placer del cuerpo.
Esas palabras fueron muy sabias, pero ya
había sentido el amor y todo aquel mundo lujurioso se me hacía más bien como
una pérdida de tiempo, exacto había perdido el tiempo buscando placeres
carnales en compañía de Joaquín, pero esta vez me estaba purgando, purificando
y estaba tirando la suciedad de mi alma.
Seguía caminando y entonces sin darme cuenta
me percaté de que estaba rodeado de muchos seres exóticos, se acercaban a mí
poco a poco rodeándome, simplemente no pude hacer más que cerrar los ojos, pero
entonces ellos empezaron a tocarme por todo el cuerpo, trate de relajarme,
respiré profundamente y comencé a pensar en el amor, tan fuerte fue el
pensamiento que la melodía en mis oídos seso de manera inmediata. Pero entonces
escuche una voz demasiado pervertida.
- - No abras
los ojos.
Y al instante los gemidos iniciaron.
- - ¡Ahh!
¡Ahh! ¡Ahh!
Sentía la excitación en el interior de mi
cuerpo pero seguía sin ceder a ello, pensé entonces en Karina y en que estaría
haciendo en estos momentos, pensé tanto en ella que los gemidos acabaron, se
marchitaron y murieron, entonces de pronto la voz pervertida de nuevo me habló.
-
Soy
la lujuria, pero no la lujuria como pecado capital, más bien soy la lujuria que
habita en ti. Ahora que conoces al amor piensas que puedes ignorarme pero no es
cierto, porque debes de recordar los bellos momentos que pasaste a mi lado,
debes tener en cuenta las veces que te metías en las piernas de las demás,
recuerda como tu cuerpo impuro tuvo sexo sin ni siquiera sentir amor, recuerda
como bebías los jugos de otras personas y no respetabas ni el flujo de la vida,
y por último recuerda como resucitabas y morías de cama en cama. ¡Recuerda!
Su voz al final en vez de ser pervertida se
fue transformando a una voz demoniaca, a una voz con demasiado peso y con
demasiado sufrimiento, después de la voz no escuché nada y lentamente comencé a
abrir los ojos mientras entendía que el amor era la base de la esencia y como
ser humanos la lujuria también formaba parte de la esencia de la vida,
comprendía poco a poco aquel mundo de las catorce puertas. Pensaba que las trece puertas iban a ser igual de
maravillosas que la primera pero me había equivocado, también hay puertas
perturbadoras que quizás no estaba preparado para vivirlas, puesto que en
algunas puertas podría haber guía pero en las puertas como la del pecado no podía
haber guía, puesto que al pecado nadie te guía solo te tientan y uno entra
solo, sin pedir permiso, sin pensar en las consecuencias. Todo esto me hizo recordar que Joaquín
simplemente no tenía culpa alguna de mis pecados, él solo me tentó y yo simplemente
avance, él me mostro los sitios pero yo los examine, él me hablo de la libertad
del cuerpo pero yo lo experimente, no podía culpar a otras persona por las
acciones que me habían definido. Y ahora entendía el inicio del libro que le
revisé.
- - Yo
sabía que el alma era una persona dentro de mí, que tenía otra alma llena de
tentaciones, llena de pecado, llena de traiciones; éramos tres en mí vida, yo
en el cuerpo, yo en el alma limpia y yo en el alma sucia, ahora entiendo que
hay un alma dentro de otra.
Aquellas fueron palabras de Joaquín plasmadas
en su primer libro. De cierta manera el entendía la esencia, pero dudaba mucho
que él allá venido a este lugar, pero si algo podía admitir, es que sabía
clavar la navaja en el lugar exacto, a la altura de la garganta sin dejar un
milímetro sin penetrar. Quizás él no conozca este mundo, pero sí de algo estoy
seguro, es que él no era para nada normal, inclusive dudaba que fuera un ser humano, pero creo que era hora de que yo lo
purificará cuando saliera de este mundo, aunque creo que ya se encuentra
purificado. No podía seguir con esa vida
llena de lujuria, simplemente si en el pasado Lizbeth no valoro mi
caballerosidad no tendría por qué vengarme de la sociedad por aquella traición,
después de todo yo mismo era el minotauro de mi laberinto. De nuevo cerré los
ojos, suspiré y me dije.
- - Has
conocido el amor Hadys, es hora de que esa sea la base y vayas eliminando todo
lo malo de tu ser, es necesario seguir una senda con caminos paralelos y
perpendiculares a la vida y a la muerte, es tiempo de vivir.
Abrí los ojos y esta vez estaba en el cuarto
del silencio, de nuevo que en la ocasión anterior una puerta había desaparecido
así que solo quedaban doce, esta vez no corrí en seguida de la siguiente
puerta. Simplemente me relajé un poco, volví a cerrar los ojos y a prepararme
mentalmente para la siguiente prueba, simplemente la desesperación no era un
buen factor en aquel momento de mi vida y peor aun cuando no tenía noción del
tiempo transcurrido.
¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Ya me estarán
buscando en mi mundo?, lo dudaba mucho ya que el único amigo que tenía era
Joaquín y él se encontraba de momento en un viaje escribiendo su siguiente obra
de arte.
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