miércoles, 23 de diciembre de 2015

Capítulo 7: Hadys y la esencia de la vida.

El deseo del cuerpo.



Al principio me sentía muy feliz por haber conocido al amor de mi vida, por haber experimentado tantas emociones en un periodo determinando de tiempo, pero también al mismo tiempo me deprimía pues no sabía ya nada de Karina, ni sabía si la vería otra vez. Sé me ocurrió la idea de terminar todas las puertas de la manera más rápida posible, ya que así había una posibilidad de que volviera a encontrarme con Karina, así que sin pensarlo dos veces camine hacia la puerta que tenía el número II, aquella puerta tenía una representación algo exótica, de hecho podría jurar que la madera olía a una sustancia seductora pues de un momento para otro hizo que me perdiera en la lujuria de mi pensamiento, pero tan rápido me di cuenta o tan fresco estaba el amor en mí que no logré perderme como anteriormente lo había hecho cuando salía con Joaquín, aparte de ese olor característico, la puerta tenía una figura central en la madera, era una mujer con el pelo demasiado largo y chino, debajo de una cascada completamente desnuda, su mirada era seductora y caótica que transmitía más que solo una ilusión. Tomé la valentía suficiente para agarrar la manija, pero cuando eso sucedió la puerta empezó a formar unas letras sobre su superficie, las primeras palabras decían.

-          - La puerta de la lujuria.

Seguido de la frase:

-          - Si ya sabes que es el amor, entonces no lo confundas con un simple cuerpo.

La puerta dio un resplandor que hizo cegarme completamente, cerré los ojos y cuando los volví a abrir ya no estaba en el cuarto del silencio, esta vez me había transportado a otro mundo muy diferente al del amor. Este mundo era totalmente más grande pero no se veía naturaleza, solo había arena y una especie de música seductora, una especie de música que podría manipular la estimulación de los seres, pero lo que más me sorprendió fue que en aquel sitio, no solo había humanos, más bien también había ángeles y hasta demonios. La primera idea que se me ocurrió fue preguntar cuáles eran las pruebas, pero al poco tiempo me di cuenta que todos estaban en una especie de seducción entre parejas, tríos, cuartetos y hasta orgias. Para donde fuera que volteara, había seducción en aquel mundo, la gente pasaba a mi alrededor, todos haciendo su acto lujurioso, mientras tanto no podía escuchar los gemidos o gritos de placer de los seres, más bien no podía escuchar absolutamente nada, solamente esa melodía que poco a poco inundaba mis oídos, tanta fue esa magia que me distrajo y por momentos pude ver alcohol y cigarros en aquel lugar, los mejores vicios de un poeta estaban plasmados en aquel mundo y yo aún no sabía cómo salir, como pasar las pruebas…

Poco a poco la melodía contagio mi cerebro que no pude diferenciar entre el placer de aquel lugar y el placer que Joaquín me había presentado, este lugar no era tan diferente a los bares a los cuales iba en busca de presa, no había diferencia entre los vicios que se experimentaban y de pronto quería ser parte de una orgía hasta que mi pensamiento lujurioso fue interrumpido. Mi atención fue robada por una bella mujer, era alta y delgada, piel completamente güera, el pelo absolutamente ondulado y rojizo como su cuerpo, estaba bien vestida, llevaba un vestido ajustado a su cuerpo que descubría gran parte de su piel, era una mujer cautivadora y demasiado sensual, tenía las piernas firmes, tenía los pechos bien formados y no se movían de su lugar, sus nalgas eran exageradamente atractivas y aunque no la conocía quería caer con ella en el juego de la seducción, la melodía en mis oídos y la chica en mis ojos. Cada vez se acercaba más a mí con su paso firme y sensual, caminaba viéndome a los ojos y sacando la lengua de manera que saboreaba algo, cuando llego a mi lado, no dijo nada, me tomo del hombro y poco a poco fue deslizado su mano hacia mis pectorales y siguió bajando hasta mi cintura, en aquel momento algo hizo que frenara su acción pues mi mano de alguna manera la había detenido, realmente  no comprendía la acción pero tenía ganas de estar con ella. Ella tomó mi mano, y se metió algunos dedos en su boca simulando una morbosidad atractiva, tanta fue la magia de lujuria que simplemente no pude resistir y estaba a punto de lanzarme sobre ella y penetrar en su alma por medio del cuerpo, pero antes de lanzarme un pensamiento me vino a la cabeza, más bien unas palabras retumbaron en mi cuerpo…

-          - Nos volveremos a ver.

La voz de Karina la había recordado y aquello hizo que frenará la acción que me iba a corromper, acto seguido la empujé y solo permanecí a distancia de todos. Caminé en dirección opuesta de aquella chica y permanecí alejado de los seres, pero aunque avanzara y avanzara no podía lograr ver el fin de aquello, seguía caminando e incluso aceleraba el paso desplazándome a una mayor velocidad, pero por más que corría seguía viendo lujuria por todo el lugar, pero yo solo quería salir de esa puerta y pasar todas las demás para poder ver a Karina, pero me había equivocado puesto que las puertas eran difíciles de superar. Caminé por un determinando tiempo ignorando completamente la melodía seductora, inclusive me perdí en mi propio pensamiento cuando el padre Orlando una vez me explico algo sobre los siete pecados capitales y lujuria era uno de ellos, este mundo representaba a lujuria en todo su esplendor. Recuerdo que me dijo.

-          - Hadys, la lujuria es uno de los pecados capitales que la gente más comete, quién cae en la tentación del cuerpo será incapaz de encontrar el verdadero amor, porque la lujuria es solo alabar el cuerpo, desear el sexo pero solo eso y no sentir nada. Mucha gente dice que la carne es débil, pero si la carne fuera débil entonces no habrías nacido tú. El amor es fuerte Hadys, nunca lo confundas con el placer del cuerpo.

Esas palabras fueron muy sabias, pero ya había sentido el amor y todo aquel mundo lujurioso se me hacía más bien como una pérdida de tiempo, exacto había perdido el tiempo buscando placeres carnales en compañía de Joaquín, pero esta vez me estaba purgando, purificando y estaba tirando la suciedad de mi alma. 

Seguía caminando y entonces sin darme cuenta me percaté de que estaba rodeado de muchos seres exóticos, se acercaban a mí poco a poco rodeándome, simplemente no pude hacer más que cerrar los ojos, pero entonces ellos empezaron a tocarme por todo el cuerpo, trate de relajarme, respiré profundamente y comencé a pensar en el amor, tan fuerte fue el pensamiento que la melodía en mis oídos seso de manera inmediata. Pero entonces escuche una voz demasiado pervertida.

-         -  No abras los ojos.

Y al instante los gemidos iniciaron.

-          - ¡Ahh! ¡Ahh! ¡Ahh!

Sentía la excitación en el interior de mi cuerpo pero seguía sin ceder a ello, pensé entonces en Karina y en que estaría haciendo en estos momentos, pensé tanto en ella que los gemidos acabaron, se marchitaron y murieron, entonces de pronto la voz pervertida de nuevo me habló.
-          Soy la lujuria, pero no la lujuria como pecado capital, más bien soy la lujuria que habita en ti. Ahora que conoces al amor piensas que puedes ignorarme pero no es cierto, porque debes de recordar los bellos momentos que pasaste a mi lado, debes tener en cuenta las veces que te metías en las piernas de las demás, recuerda como tu cuerpo impuro tuvo sexo sin ni siquiera sentir amor, recuerda como bebías los jugos de otras personas y no respetabas ni el flujo de la vida, y por último recuerda como resucitabas y morías de cama en cama. ¡Recuerda!
Su voz al final en vez de ser pervertida se fue transformando a una voz demoniaca, a una voz con demasiado peso y con demasiado sufrimiento, después de la voz no escuché nada y lentamente comencé a abrir los ojos mientras entendía que el amor era la base de la esencia y como ser humanos la lujuria también formaba parte de la esencia de la vida, comprendía poco a poco aquel mundo de las catorce puertas. Pensaba que las trece puertas iban a ser igual de maravillosas que la primera pero me había equivocado, también hay puertas perturbadoras que quizás no estaba preparado para vivirlas, puesto que en algunas puertas podría haber guía pero en las puertas como la del pecado no podía haber guía, puesto que al pecado nadie te guía solo te tientan y uno entra solo, sin pedir permiso, sin pensar en las consecuencias.  Todo esto me hizo recordar que Joaquín simplemente no tenía culpa alguna de mis pecados, él solo me tentó y yo simplemente avance, él me mostro los sitios pero yo los examine, él me hablo de la libertad del cuerpo pero yo lo experimente, no podía culpar a otras persona por las acciones que me habían definido. Y ahora entendía el inicio del libro que le revisé.

-          - Yo sabía que el alma era una persona dentro de mí, que tenía otra alma llena de tentaciones, llena de pecado, llena de traiciones; éramos tres en mí vida, yo en el cuerpo, yo en el alma limpia y yo en el alma sucia, ahora entiendo que hay un alma dentro de otra.

Aquellas fueron palabras de Joaquín plasmadas en su primer libro. De cierta manera el entendía la esencia, pero dudaba mucho que él allá venido a este lugar, pero si algo podía admitir, es que sabía clavar la navaja en el lugar exacto, a la altura de la garganta sin dejar un milímetro sin penetrar. Quizás él no conozca este mundo, pero sí de algo estoy seguro, es que él no era para nada normal, inclusive dudaba que fuera un ser humano, pero creo que era hora de que yo lo purificará cuando saliera de este mundo, aunque creo que ya se encuentra purificado.  No podía seguir con esa vida llena de lujuria, simplemente si en el pasado Lizbeth no valoro mi caballerosidad no tendría por qué vengarme de la sociedad por aquella traición, después de todo yo mismo era el minotauro de mi laberinto. De nuevo cerré los ojos, suspiré y me dije.

-          - Has conocido el amor Hadys, es hora de que esa sea la base y vayas eliminando todo lo malo de tu ser, es necesario seguir una senda con caminos paralelos y perpendiculares a la vida y a la muerte, es tiempo de vivir.

Abrí los ojos y esta vez estaba en el cuarto del silencio, de nuevo que en la ocasión anterior una puerta había desaparecido así que solo quedaban doce, esta vez no corrí en seguida de la siguiente puerta. Simplemente me relajé un poco, volví a cerrar los ojos y a prepararme mentalmente para la siguiente prueba, simplemente la desesperación no era un buen factor en aquel momento de mi vida y peor aun cuando no tenía noción del tiempo transcurrido.


¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Ya me estarán buscando en mi mundo?, lo dudaba mucho ya que el único amigo que tenía era Joaquín y él se encontraba de momento en un viaje escribiendo su siguiente obra de arte.







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